domingo, 26 de febrero de 2006

El escritor gentil

Texto de Liliana Heker

Conocí a Bioy Casares en la Feria del Libro, durante el pavoroso y grotesco abril de 1982. La Feria era un páramo y Bioy, solo, juiciosamente sentado en el stand de su editorial, irradiaba una especie de sabia paciencia. Verlo en soledad me conmovió. Yo admiraba a ese hombre desde que, en mi adolescencia, había leído La invención de Morel; más adelante me había deslumbrado con El sueño de los héroes, había sido cautivada por sus fotos, había escrito que “El atajo” figura en mi estricta y reducida antología personal de cuentos argentinos. Reprimí el deseo de acercarme para regalarle un libro mío que acababa de publicarse. Calculé que no debía conocerme y no hay nada más molesto para un escritor que tener que andar cargando con indeseados libros de desconocidos.

Media hora más tarde, yo mismo estaba en un stand junto a Isidoro Blaisten. Los micrófonos anunciaban inútilmente nuestros nombres mientras Blaisten y yo tratábamos de ponerle un poco de humor a nuestro absurdo estar ante a una mesa, más desapacible y desolada que la mesa de un bar. Y de pronto, sin que nada lo hiciera prever, nuestro estar allí se cargó de sentido, se convirtió en un hecho feliz. “Acá vengo, a que ustedes dos me firmen sus libros”, escuchamos. Ahí estaba Bioy, lo más pancho, caminando hacia nosotros.

¿Cómo definir, al cabo de los años y de los encuentros, aquello particular que lo distinguió esa vez y lo sigue distinguiendo entre todos los escritores que conocí? ¿Discreción? ¿Sabiduría? ¿Recatado humorismo respecto de los otros y respecto de sí mismo? No sé exactamente cómo llamarlo. Sé que sólo quienes tenemos la suerte de conocer a Bioy podemos dar cuenta de su gentileza inimitable, de su inteligencia que se transmite sin ostentación, de la fiesta que es encontrárselo de pronto caminando serenamente por la vida.


Publicado originalmente en la revista Cultura, N° 40, 1991. Tomado de Liliana Heker. Las hermanas de Shakespeare. Alfaguara, Buenos Aires, 1999, pp. 232-233.

4 comentarios:

El cuartoscuro dijo...

Hermoso como escribes, un beso desde Quilmes

Sergio San Juan dijo...

bioy era mucho más que un escritor gentil, era un experto en el arte de calumniarse y era incapaz de importunar a su interlocutor. hay cientos de anécdotas como la de heker, y completan junto a su obra la imagen de bioy. un tipo admirado por cortázar y soriano, ubicados en las antípodas de su pensamiento político. el humor tan comentado de la obra del autor de "diario de la guerra del cerdo" era una manera de vivir. y como arlt, hacía literatura escribiendo, no hablando.
por favor, lean a bioy. un persona y un escritor extraordinario.

RAEL (Mario De los Santos) dijo...

cuando escribo o trabajo de noche en mi "apple" me acuerdo del querido gordo, que escribía siempre de noche y en su "apple" (fanático como yo de la marca de la manzanita, el gordo querido). hasta se percibe un perfume de hojas cubanas quemándose en sus labios.

en el capítulo dinosaurios de su "piratas, fantasmas y dinosaurios" (libro que comienza con una cita de bioy), osvaldo soriano habla de bioy. que es "el escritor que introdujo para siempre a buenos aires en el vértigo de la duda y la perplejidad" dice. o que "de todos los novelistas argentinos bioy es el que deja una obra más vasta y perdurable".

yo no he leido muchos libros como "diario de la guerra del cerdo". quizás no me atreva a decir ninguno porque he sido feliz en brazos de muchos otros libros, de otras novelas. pero aquel "diario..." que llegó a mí justo cuando se cumplía un año de la muerte de soriano, fue una lectura llena de gozo, y que me recordó la admiración que el gordo predicaba. un gozo parecido al que vive con cada letra de bioy la persona que me lo regaló, como rogándome "por favor, leé a bioy". y siempre que lo hago me alegro de haberle hecho caso.

Sergio San Juan dijo...

lo primero que leí de bioy fue "el sueño de los héroes". no podía creer lo que leía: una descripción detallada y precisa de un buenos aires lejano, maravilloso y decadente al mismo tiempo. el argumento genial, la historia de amor, el final vislumbrado y fantástico. después vinieron sus cuentos: el atajo, el perjurio de la nieve, la trama celeste, lo desconocido atrae la juventud, los milagros no se recuperan. más adelante sus novelas: diario de la guerra del cerdo, dormir al sol, la aventura de un fotógrafo en la plata, la invención de morel...
bioy es fundamental. por favor, leanlo.