martes, 18 de diciembre de 2007

Menos que cero

Ocho y media de la mañana. Desayuno en Madrid. La televisión informa que en Salamanca la temperatura durante la noche llegó a los 8 grados bajo cero. Que en otras ciudades de la región rondó los 4 ó 5 bajo cero. Que en Madrid no llegó a tanto, pero que estuvo unas décimas por debajo del cero. A las ocho y media la temperatura ha subido, pero yo tengo frío.

En eso, miro por la ventana y en el edificio de enfrente, en el cuarto piso, un hombre se asoma al balcón. Mira hacia abajo. ¿Qué hay abajo? No lo sé. Lo que a mí me tiene absorto es otra cosa: ese hombre está con el torso desnudo, y lo único que lo abriga es un toallón atado en la cintura. Ese hombre no tiene frío. Deja la ventana abierta, de modo que el frescor matinal refrigera toda la casa. Pero eso también es secundario. Lo primordial, lo que no puedo entender, es lo que veo en primer plano: ese hombre que mira hacia abajo no tiene frío.

Varios segundos después, el hombre levanta la mirada y, como si hubiera sentido encima el peso de mis ojos, me mira. Hacemos contacto visual. Me siento como en una película de Hitchcock y entonces dejo de mirar. Vuelvo a mi café con leche y al televisor, que ahora habla de Kaká y de la violencia en el fútbol chileno.

Al rato me asomo a la ventana y miro hacia abajo. Ah, parece que llovió, me sorprendo.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Cualquiera puede cantar

Así de cierto es, como que el sábado estuvimos en el pub-karaoke Paradise, cerquita de Callao y la Gran Vía, y subimos al escenario a (des)entonar "Mediterráneo", de Joan Manuel Serrat, y "Yira, yira", el extraordinario tango de Enrique Santos Discépolo. Es cierto que mi primera participación fue en "American Pie", de Madonna, junto a las Parrilla Sisters, pero mi presencia, cuya intención original fue la de apoyo logístico, terminó siendo más bien decorativa.

Como conclusión me queda una perogrullada que a veces necesita comprobarse: qué difícil que es cantar. Sobre todo con estas dos obras, que no son moco de pavo. Y también el amor de los españoles por el tango. A pesar de bajar del escenario con la sensación (supongo que basada en la realidad) de haber hecho mierda "Yira, yira", muchos me felicitaron y me dijeron que les encantó el tango, sobre todo porque se notó mucho mi acento argentino. Y sí, no es lo mismo que canten ellos o que cantemos nosotros "cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretás..."

Por suerte o por desgracia o por ambas cosas, no quedaron registros de mi actuación. Aquí pueden ver un video de Discépolo y Gardel hablando de "Yira, yira" y después al Zorzal cantándola un poquito bien.


PD: Después me fui a dormir y me levanté con buenas noticias.

Ya sé, ya sé, me dirán que festejo resultados ajenos porque nosotros no ganamos nada y esas cosas. Pero qué me importa. Ja ja ja.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Diálogo

Cristian dice:
hoy mientras te escribía

Cristian dice:
me di cuenta de que estuve flojo

Cristian dice:
te acordás que la otra vez hablamos por acá lo de hacer un diálogo genial para poner como post

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:


Cristian dice:
bueno, precisamente ese diálogo estaba bueno para poner como post

Cristian dice:
y yo no lo guardé

Cristian dice:
salvo que se haya guardado automáticamente, por esas cosas que tienen las computadoras

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
a mí ningún diálogo me parece suficientemente bueno como para postearlo

Cristian dice:
de hecho, este mismo diálogo creo que lo voy a postear

Cristian dice:
si me das autorización

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
pero Cristian, no estamos hablando de nada interesante

Cristian dice:
depende de por dónde se lo mire

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
es más, sigo hablando con vos de pura educación, pero estoy bostezando

Cristian dice:
je je

Cristian dice:
hagamos una prueba

Cristian dice:
posteémoslo y que los lectores opinen si les parece interesante o no

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
bueno, está bien, pero lo posteás en tu blog... y si tiene éxito lo copio en el mío

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
bien especulativo lo mío

Cristian dice:
acepto

Cristian dice:
pero con la condición de que lo copiemos textual

Cristian dice:
sin aclaraciones de ningún tipo

Cristian dice:
el diálogo así como está

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
estemmm, bueh

Cristian dice:
ya mismo lo subo

Cristian dice:
antes de irme a dormir, que acá es tardísimo

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
pero sobre esto va a ser?, yo ya estaba por hablar de literatura húngara del período presoviético para hacerme el interesante

Cristian dice:
hablá de lo que quieras

Cristian dice:
tenés un minuto más hasta que abra Blogger

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
ah, no sos de los que piensan que Blogger está por cerrar y por eso mudan sus blogs a otros servidores?

Cristian dice:
no, no

Cristian dice:
yo soy de los que mientras vea la puerta abierta, entro y pido un trago

Cristian dice:
que después me echen

Facundo, Ídolo de los Quemados dice:
está bien, porque acá corre el rumor de que Blogger cierra, más o menos tiene la misma veracidad que los mails que avisan que el msn va a ser pago y que Bill Gates reparte su fortuna

Cristian dice:
me imagino

martes, 11 de diciembre de 2007

Qué linda es Valladolid

La de este fin de semana fue la tercera vez que visité Valladolid. Me parece una ciudad hermosa, porque es una ciudad importante, capital de provincia y con un nivel de vida muy alto, pero que a la vez es pequeña, sin el nivel de locura de metrópolis como Madrid o Buenos Aires.

Acá abajo, alguna imágenes, empezando por un adorno navideño.



Acá una parada de colectivos. Autobuses, les llaman acá. Hay una pantalla que indica cuántos minutos faltan para la llegada de cada línea.


Una callecita durante un atardecer.


Y acá estoy yo, frente a la Catedral de la ciudad.

lunes, 10 de diciembre de 2007

En el Patio Herreriano

En estos días visité el Museo Patio Herreriano de Valladolid, que actualmente alberga una exposición sobre la histórica Galería Buades, de Madrid (de la que me enteré leyendo Babelia días atrás). Tomé algunas imágenes, no todas de esa muestra, que comparto acá.




Esto es sólo un fragmento de una obra mayor. Lo aclaro por las dudas.



Y en el centro del Patio Herreriano, las estatuas del rey y la reina.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Los ojos del amante

«Permíteme que comience diciendo que yo estaba enamorado. Una confesión corriente, es verdad, pero no un hecho ordinario, porque muy pocos de nosotros aprendemos que amor es ternura, y que ternura no es, como muchos sospechan, piedad. Y poquísimos de entre nosotros sabemos que la felicidad en el amor no es la concentración absoluta de todas las emociones en otra. Uno siempre debe amar muchas cosas que el amado sólo puede simbolizar. Los verdaderos amados del mundo son, a los ojos de sus amantes, lilas en flor, fanales de barcos, campanas de escuela, un paisaje, conversaciones recordadas, amigos, el domingo de un niño, voces perdidas, el traje favorito, el otoño y todas las estaciones, la memoria, sí, porque es la tierra y el agua de la existencia, la memoria.»

Truman Capote, Otras voces, otros ámbitos (1948)


martes, 4 de diciembre de 2007

El problema de llamarse Cristian

Me gusta llamarme Cristian. Siempre digo que en la Argentina es un nombre que evidentemente estuvo de moda a fines de los setenta, en la época en la que yo nací, porque la mayoría de las personas llamadas así somos de esa generación. Los hay mayores y menores, es cierto, pero creo que la mayoría andamos rondando los treinta pirulos, treinta tacos.

En España, Cristian es un "nombre de niño pijo". En argentino, niño cheto. Porque aquí pijo significa cheto y, sí, su femenino es pija, una de las tantas palabras que usamos en mi querido país para denominar al miembro sexual masculino. Su uso en España lo pueden comprobar en el aviso de la serie española llamada Gominolas, uno de cuyos personajes es Susana, "la pija insatisfecha".

A lo que iba: que me gusta mi nombre. Pero suelo enfrentarme a un problema, derivado quizás de las dificultades (no sólo en la Argentina) para la comprensión lectora que denuncia el informe de PISA: los destinatarios de mis e-mais leen CristiNA por CristiAN. Y tal vez soy injusto, pero creo notar en las respuestas de varones un tono distinto cuando leen bien mi nombre que cuando lo leen mal. Ejemplo, un mail que me llegó hoy:

Querida Cristina.

gracias por todo. (...)

Besos


¿"Querida"? ¿"Besos"? Seguramente el remitente de este mensaje no me hubiese tratado de la misma forma de haber leído bien mi nombre (y los adjetivos y pronombres masculinos que aludían a mi persona) en el mensaje original. Por otro lado, yo nunca le escribí un mail con tanta deferencia a nadie que no conociera. Aunque, bueno, eso por ahí sea sólo por lo boludo que soy.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Internet en casa

El 7 de septiembre dejé el departamento de Copenhague en el que me alojé los diez días que duró mi estadía en Dinamarca. Ese día, hace casi tres meses, había sido el último en que tuve "internet en casa". Desde entonces me las arreglé casi siempre con locutorios y bibliotecas públicas en Madrid, aunque la verdad es que me las arreglé bastante mal. Se nota mucho el cambio cuando uno está acostumbrado a tener todo el día (en el trabajo y en casa) acceso a la Web y pasa a dejar de tenerlo. Hasta hoy.

Hace un rato estuvo aquí el técnico que habilitó la conexión a internet. Algo importante cambia desde hoy. Seguramente este blog experimentará las diferencias.

Y como últimamente además de poco actualizado lo tenía desilustrado, acá va esta fotito: fragmento de un plano callejero. Aquí, donde está el cartel, es el barrio (y la estación de metro) de Quintana. Aquí es donde vivo, donde ahora tengo internet. :D

sábado, 10 de noviembre de 2007

Películas y libros

Todos se me quejan porque no actualizo el blog. La razón es clara: no tengo internet en casa y me da mucha fiaca escribir algo en casa y luego llevarlo a un lugar con internet y subirlo. Me da fiaca, no me pregunten por qué pero es así. Ahora estoy sentado frente a una computadora con internet que no está ni en un locutorio, en el que pago por cada minuto, ni en una biblioteca pública, en la que tengo los minutos de conexión contados. Por eso me permito un post.

Y ahora que tengo tiempo no se me ocurre qué escribir. Bueno, que estuve en YouTube viendo goles de River (contra Boca, contra Botafogo, contra Defensor) que había visto sólo de pasadita o que directamente no había visto. Cómo extraño el fútbol argentino... La comida, ya no tanto: ya encontré lugares donde comprar yerba, dulce de leche, alfajores Jorgito, tapas para empanadas Fargo, palitos de la selva, bizcochitos de grasa Don Satur, dulce de batata y otras de nuestras porquerías autóctonas.

Por otro lado, fui al cine. Hace algunas semanas vi The Brave One, una muy buena película con Jodie Foster que, me enteré ayer, no estrenarán en los cines argentinos por no sé qué problema de los dueños de las salas y llegará directamente al DVD, con el título de Valiente. Aquí se llamó La extraña que hay en ti, un título que curiosamente me parece mucho más apropiado que el original.

Y anteayer vi El orfanato, la precandidata por España al Oscar a la mejor película en habla no inglesa. También es muy buena, muy recomendable. La "presenta" (sin que nadie tenga muy claro lo que eso significa) Guillermo del Toro, el director de El laberinto del fauno.

Aprovecho las fabulosas bibliotecas públicas de Madrid para sacar gratis libros y películas. Entre otras cosas, estuve saldando algunas viejas deudas que tenía con la historia del cine y bastante cine español. Entre otras, vi: Lo que el viento se llevó, Ladrón de bicicletas, Hannah y sus hermanas, Los pájaros, La ventana indiscreta, La ley del deseo, La Dolce Vita, Los amantes del círculo polar, Tesis, La comunidad, Mi vida sin mí, Volver, Gilda, Golpe de estadio.

Y de paso, cuento mis últimas lecturas por aquí: Consejos de un fanático de Morrison a un discípulo de Joyce, La pista de hielo, Monsieur Pain, La literatura nazi en América, Nocturno de Chile y Putas asesinas, de Roberto Bolaño; Nada, de Carmen Laforet; La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón; El país de las últimas cosas, de Paul Auster; Trece rosas rojas, de Carlos Fonseca; la llamada Autobiografía de Borges; Trenes hacia Tokio, de Alberto Olmos; Rabia, de Sergio Bizzio; y Una tarde con campanas, de Juan Carlos Méndez Guédez.

lunes, 15 de octubre de 2007

Segovia y Cantalejo

Este fin de semana estuve en Segovia y en Cantalejo. La primera es una ciudad famosa, patrimonio de la humanidad, con un acueducto y un alcázar impresionantes y muchos turistas; el segundo, un pueblito muy pequeño que está a una hora de Madrid y que es como todos los pueblitos pequeños en España: se mezclan los trazados de callecitas tradicionales y las casas muy viejas con autos carísimos de últimos modelos y casas supermodernas con gran tecnología. Y, como suele pasar, es en esos lugares donde los símbolos oscuros tienen más permanencia: está la plaza Francisco Franco, la calle Primo de Rivera, la calle Falange Española, la plaza Alemania...

martes, 9 de octubre de 2007

"Jugar con fuego"

Hoy el informe del día de Clarín.com es un artículo mío sobre Pío Díaz, el artista argentino al que fui a ver a Dinamarca hace poco más de un mes. Para leerlo, click aquí.

lunes, 8 de octubre de 2007

Mi Superclásico más raro

El fin de semana estuve en Ciudad Real, capital de la provincia homónima situada al sur de Madrid. A 56 minutos en tren, un fabuloso tren que no es el AVE (Alta Velocidad) pero se le parece, es uno especial de Renfe, la empresa ferroviaria de aquí. Llegué de regreso a la Puerta de Atocha ayer a las 19.13, es decir, trece minutos después del horario pautado para el comienzo del partido más importante del fútbol mundial. No bien llegué, me tomé el metro hasta Príncipe Pío, un centro comercial donde está el local madrileño de "Locos por el fútbol", el bar temático argentino. Entre el trasbordo y la menor frecuencia de coches por ser domingo, llegué allí a las ocho menos cuarto. Y todo para que un patovica pelado y extranjero (no dominaba muy bien el español, tenía pinta de ser de Europa del Este) me dijera:

-Diez euros, con dos bebidas.

¡Diez euros! ¡Y sólo para ver el segundo tiempo! Me pareció demasiado. Para colmo, le pregunté qué ponen.

-Boca... -y se quedó callado, presa de la duda acerca de cuál demonios era el otro equipo.
-River -le dije.
-Eso. River.

Me di media vuelta y me fui de nuevo al metro, rumbo a La Latina, donde una estimada colega (que me escribió un mail luego de leer el post anterior) me dijo que vio el partido del año pasado. Un barcito en una esquina, me dijo. No era un dato muy preciso, en un barrio (y una ciudad) donde uno levanta la vista y ve un bar. Sólo en Antón Martín, hay más bares que en toda Noruega. Fui a La Latina, di vueltas y vueltas y cuando ya estaba casi desesperanzado, la pantalla de plasma del bar Cantalejo, en la esquina de la calle de Toledo y la Cava Alta, me mostró al Burrito Ortega llevando la pelota y esos raros pantaloncitos blancos que usa River desde que yo me vine. Me sentí afortunado, aunque ya hubiera empezado el segundo tiempo. Eran las ocho y diez. Entré, me acomodé en la barra y pedí una caña. Me la sirvieron con una tapa de bolitas de papas, papas fritas y unos pedacitos de chorizo. Me saldría menos de diez euros, sin dudas.

Había un problema: el televisor estaba sin sonido, y la transmisión (la misma que en Argentina, emitida por TyC y tomada por una señal de Canal Plus) omitía el videograph del resultado y el tiempo de juego. Es decir, no sabía cuánto faltaba para que el partido terminara y, lo peor de todo, no sabía cuánto iba. Le pregunté a uno de los mozos, que me dijo: "Creo que gana el River, vi que hizo un par de goles, dos guapos goles, pero la verdad que no sé".

Con esos datos mínimos, me puse a mirar el partido. Pero a cada minuto dudaba más, hombre de poca fe, de la palabra del camarero, porque River era el que iba para adelante, dominaba la pelota, y Boca no hacía nada. No atacaba, no reaccionaba. Era River el que parecía necesitar el gol. Y se los perdía. El partido fue bastante pobre, casi no vi chances frente a los arcos. Pero Boca no hacía nada de nada. Bueno, sí, pegaba patadas. Y no podía parar al chiquitín Buonanotte. Pero River tampoco parecía desesperado, así que lo más lógico parecía que fueran empatados. En un momento la cámara se detuvo unos cuantos minutos en la tribuna de Boca, y la hinchada cantaba, parecía feliz. Eso casi me convenció de que la cosa estaba empatada. Ellos festejan mucho los empates contra nosotros. Evidentemente, sacarnos un punto en nuestra cancha ya es toda una hazaña.

Y así, mientras yo me comía los codos de los nervios sin saber cuánto iba el partido, y creía que si River metía un gol debía festejarlo mucho porque iba a ser decisivo, fueron pasando los minutos.

Un detalle que no mencioné hasta ahora: nadie más que yo miraba el partido. A nadie parecía interesarle. Junto a mí se lamentaba un madrileño hincha del Aleti, que acababa de perder por paliza contra el Barsa, y que de pronto y no sé a cuento de qué se puso a despotricar contra Raúl:

-Es un inútil.
-Está mayor -le respondió una interlocutora, hincha del Real Madrid, quien un minuto antes le había dicho que prefería que ganara el equipo de Messi antes que el de Agüero y Maxi Rodríguez.
-No, no está mayor: es un inútil.

Y así pasaron los minutos, y yo sin saber cuánto faltaba, hasta que se cumplieron los 45 minutos desde el momento en que yo llegué y, no quedaba otra, la cosa se terminaba. Y entonces Passarella hizo los cambios, y salieron Buonanotte y Ortega y las sonrisas en sus caras y los abrazos en el banco me hicieron decir "eso no puede ser por un empate", y enseguida el partido se terminó y por fin apareció el videograph: River 2 - Boca 0, y la verdad que me sorprende todavía haber visto a ese Boca tan inexpresivo y soso y sin alma.

De pronto recordé más de un superclásico en Los Angelitos, en Varela, ganado por Boca, y yo rodeado de bosteros que no paraban de gritar, y yo ayer disfrutando de otro de estos triunfos cada vez más habituales, entre el silencio y la indiferencia de un bar que se preparaba para el partido del Madrid, que comenzaría inmediatamente después.

-¿Qué era, la final de la liga? -me preguntó el mismo mozo de antes al ver que todo River se abrazaba en el medio del campo y que el Monumental era una fiesta.-No -le respondí-, es el partido más importante de la Argentina.

Le hubiera dicho la verdad, que es el más importante del mundo, pero creo que no me habría entendido. Le pagué el euro con veinte que me costó la caña y me volví a casa, feliz.

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PD: Debido a todo lo que conté, recién ahora, cuando me conecto a internet, me entero de que Boca jugó con uno menos el segundo tiempo. No cambia en nada mis comentarios. Ni mi alegría, je je.

martes, 2 de octubre de 2007

"Hasta luogo"

No, no es un error tipográfico. Los madrileños dicen así, "hasta luOgo". Lo dicen con un tono especial, como cantando. Yo sabía que las des finales de las palabras las pronuncian como zetas (libertaz, rez, Madriz), y que les cuesta la conjunción tl, por eso en vez de decir "atletismo" dicen "aletismo". Pero lo del hasta luogo me sorprendió.

Hasta luego, con la e como corresponde en buen argentino, es lo que digo en el otro blog. Una deuda que tenía pendiente, y que ahora está saldada. Ahora está claro que todo está acá, del lado de allá.

Hasta luego

Este post debí escribirlo hace mucho. Hace más de un mes, cuando salí de la Argentina sin plazo fijo para el retorno. Sabía que primero iba a estar diez días en Copenhague, luego casi una semana en Valladolid y luego me iría para Madrid, para quedarme allí a ver qué iba a ser de mi futuro. O mejor: a hacer mi futuro.

Ahora lo estoy haciendo. De a poquito, tratando de hacer pie en esta ciudad, de hacerme un lugarcito. Mis andanzas por la vieja Europa están (más o menos) retratadas en otro blog:
Del lado de allá. Desde que lo creé, este espacio que ahora leés, y que se despide "hasta luego", recuperó su nombre original: El Caballero de la Triste Figura. Durante el tiempo que se llamó Del lado de allá no hizo más que anticipar el otro, preverlo, imaginarlo, desearlo.

Bueno, a qué negarlo: quien lo anticipaba, lo preveía, lo imaginaba, lo deseaba, era yo. Yo, que sentía que desde que viajé por primera vez, en febrero del año pasado, un parte de mí se quedó acá. Acá, ese "lado de allá" con el que soñé durante meses. Y que ahora estoy construyendo.

lunes, 1 de octubre de 2007

En busca del fútbol argentino

Quiero ver el fútbol argentino por TV y no sé dónde hacerlo. Ayer di unas vueltas y sigo sin encontrar un lugar. Tengo que averiguarlo antes de este domingo, cuando se juegue el Superclásico. Sí o sí.

Me entero de las alocadas noticias de esa balsa a la deriva que es River: lo agarra una correntada buena y gana con goleada y golazos, pero a la menor inestabilidad del agua se desarma y hace un papelón contra Tigre. Es una pena que Passarella y Aguilar nos hayan acostumbrado a pasar papelones. Pero bueno, se lo sufre a la distancia. Y el domingo espero poder sentir el River-Boca en directo desde algún bolichito madrileño.

La última noche que estuve en Valladolid, durante las fiestas de la ciudad, me puse la camiseta de River. Fuimos a un puesto de comida argentina, donde había absurdas ofertas llamadas "Pelotudito" y "Boludito", y un compatriota que atendía me hizo una referencia a que la mía era la ropa que usaban Medina Bello y Corti. En efecto, mi camiseta tiene la publicidad de Sanyo, que River usaba hace como diez o doce años. Después iba yo con dos personas por calle y, de pronto, nos salió al cruce un chico. No tendría más de 20 años de edad.

-Por tener la de River, los invito a unas cañas -dijo.

El chico fue hasta la caseta en la que trabajaba y al minuto volvió con tres vasos de cerveza, que nos regaló. Me contó que es de Mendoza, pero que hace ocho años que vive en Valladolid, y también viaja mucho a Santander. Ya perdió su acento argentino y habla un "mezcladito", como tantos de los que se radican en otras tierras.

A mí, con tan poco tiempo en España, ya me pasa que cuando estoy hablando se me cruzan por la cabeza expresiones españolas. Por ejemplo, una vez hablaba de que algo era caro, dije "cuesta..." y antes que "un vagón de guita" se me apareció la frase "una pasta". O en palabras que tengo que usar a la fuerza para que se me entienda, como "el bordillo de la acera" en vez de "el cordón de la vereda", "zumo de melocotón" en lugar de "jugo de durazno" o "camiseta, jersey y chaqueta" en vez de "remera, pulóver y campera". Cada vez que pasa algo así, recuerdo las amenazas de mis amigos sobre la posibilidad de que cuando vuelva haya perdido mi acento argentino y hable como un español. Espero que para evitarlo no tenga que llegar al límite de practicar argentino cada noche antes de dormir...

martes, 25 de septiembre de 2007

Reemprender la marcha

Hace 18 días que llegué a España y este es el primer post desde entonces. Los motivos de este bache fueron varios, aunque groso modo se resumen a dos: por un lado, hubo unos cuantos días que me los tomé de vacaciones, así que no hice más que descansar y andar por ahí; y por otro lado, el acceso a internet no es tan sencillo, porque dependo en gran medida de los cíbers y locutorios y con ese tiempo tan limitado se complica hacer más que leer y responder correos. En fin, ahora estoy aquí y trataré de retomar el ritmo.

¿Qué más decir de mis primeros días en este país? Estuve casi una semana en Valladolid, donde pasé unos días maravillosos, de sol, fiestas en las calles y descanso. Después vine a Madrid y, entre otras cosas, fui al concierto de Sabina y Serrat en el Palacio de los Deportes. Y la semana pasada estuve un par de días en Jaén, donde se realizó el muy interesante I Encuentro de Literatura Digital.

Podría decir mucho más, obviamente. Pero por ahora esto. Para retomar el ritmo hay que ir de a poco.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Life is very short, and there’s no time…

Me cuentan que los daneses tienen dos complejos contradictorios, o quizás un mismo complejo con dos manifestaciones contradictorias. Por un lado, se creen los mejores del mundo. Los más desarrollados, los que mejor viven, los más inteligentes, los más ordenados, los más capaces. Y por otro lado, se sienten inferiores al resto de la humanidad, con un país tan pequeño que los obliga a estar todo el tiempo abiertos al resto del mundo.

“Dinamarca es así”, me dijo más de un danés, haciendo el gesto de poner los dedos pulgar e índice lo más cerca uno de otro. Hay, en total, cinco millones de habitantes. La consciencia de eso es lo que hace que todos –TODOS– hablen inglés. La de los Beatles es la obvia segunda lengua, que todos aprenden en la escuela desde los cuatro años. Muchos hablan, además, una tercera lengua, opción en la que el español está ganando cada vez más lugar, en detrimento del alemán y el francés. Y a eso hay que sumarle que todos entienden y pueden darse a entender con los parecidos idiomas de los demás países escandinavos: Noruega, Suecia, Finlandia…

Ya que estoy con la lengua de los Beatles, como habrán notado, aprovecho un par de líneas de una canción suya para hablar del fin de mi paso por Dinamarca. Esta misma tarde, a las 16 hora local (las 11 de la Argentina) me tomaré un avión de Iberia que me depositará en Madrid. La vida es corta y no hay tiempo… Bueno, sí hay tiempo. No mucho, pero hay. La cuestión es saber aprovecharlo. En eso andamos.

Aquí, la bonita versión que Heather Nova hizo de "We Can Work It Out" para la película I am Sam.



El próximo post será desde las Españas. Hasta entonces.

jueves, 6 de septiembre de 2007

¿"Recova"? ¿Álvaro...?

1

–¿Eres argentino?

Me sacó la nacionalidad con sólo escucharme hacerle una pregunta. Le dije que sí, y me preguntó si había ido a ayudar a Eva Dam Jensen con una traducción de cuentos de Borges en la que ella está sumida desde hace tiempo y que le estaba generando algunas dudas.

Era en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Copenhague, una institución por supuesto pública que es (al igual que casi todas las instituciones de este país) una maravilla. Yo había ido a buscar a Eva, un contacto que me habían pasado cuando estaba en la Argentina, y ahora nos habíamos desencontrado. Quien me preguntaba si yo provenía de las lejanas tierras del autor de Ficciones era el profesor español Ángel Álzaga.

–No –le respondí–, pero si la puedo ayudar en algo, con gusto.

2

Al día siguiente pude encontrarme con Eva. Le comenté el episodio anterior y se rió, y luego me comentó sus dudas:

–¿Qué es “recova”?

Lo que me vino a la mente fue, desde luego, Álvaro Recoba, el futbolista uruguayo. Pero me puse a pensar y me di cuenta de que sí, lejanamente, me sonaba la existencia de la palabra “recova” (con ve corta). Y que, también lejanamente, me sonaba a una construcción, como una especie de… Di unas vueltas y me expliqué tan mal que no me entendió nada. Ella me explicó que Borges usa esa palabra en “La muerte y la brújula”, y que la definición del diccionario (“lugar público en que se venden gallinas y otras aves domésticas”) no le alcanzaba para captar el sentido de la frase.

La otra duda era si “la quinta de Triste-le-Roy”, lugar donde transcurre la escena final del cuento, se refiere a una quinta ubicada en un sitio llamado Triste-le-Roy o si la quinta es propiedad de una persona llamada Triste-le-Roy.

Después hablamos de muchas otras cosas. Antes de despedirme, le prometí que si podía aclararle algo con relación a sus dudas, le avisaría.



3

La universidad de Copenhague no sólo es totalmente gratuita, sino que además los jóvenes reciben un subsidio para estudiar. No sé la cifra, pero sí que son unas cuantas miles de coronas (unos cuantos cientos de euros, digamos). Disconformes con ello, muchos trabajan a la par de que estudian, y eso genera que las cursadas se les prolonguen un poco.



En parte gracias a esa ayuda, los jóvenes se van muy pronto de sus casas. Entre los 16 y los 18 años, abandonan a sus padres y se van a hacer su vida por ahí. Las relaciones familiares son muy frías: se visitan poco, hay que avisar previamente, las efusividades latinas quedan muy lejos. Y si alguien va a comer a lo de sus padres y no lleva nada, debe dejarles dinero, para cubrir sus gastos.

Le pregunto a Eva si el nivel académico de la universidad es bueno. Me dice que sí, aunque desde hace unos años (“este gobierno de mierda”, dice en su perfecto español con acento nórdico) se le da más importancia a la administración que a la docencia. “Un profesor como yo gana unas 350 mil coronas al año, y el decano gana un millón y medio. Eso no puede ser”, dice. Traduzco: un profesor gana 47 mil euros anuales. El decano, 200 mil.

4

Busco el cuento. Borges dice: “Ya en el estribo del cupé, el último arlequín garabateó una figura obscena y una sentencia en una de las pizarras de la recova”.

Google me ayuda con descripciones e imágenes, y le escribo a Eva un mail en el que le copio algunos links. Ella me lo agradece; seguramente la versión danesa de Google no muestra enseguida la Recova Vieja del siglo XIX de Buenos Aires.

Ese fue mi pequeño aporte a la difusión de la obra de Borges y la literatura argentina en Dinamarca.

Igual, si mañana vuelven a preguntarme por “recova”, seguro que lo primero que se me cruzará por la cabeza será: “¿Álvaro…?”

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Algunos datos sobre Dinamarca

-El sueldo promedio de un trabajador es de 30.000 coronas danesas. Es decir, unos 4.000 euros. Mucho más que el sueldo medio de los trabajadores en Europa. Sin embargo, todos aquí destacan lo mucho que se paga en impuestos: los que menos ganan, pagan un 38% de impuestos de su sueldo. De manera que de esos 4.000 euros les quedarían unos 2.500. Y después en cada producto que compran pagan un 25% de IVA. Sin embargo, nadie se queja porque todos viven muy bien.

-Prácticamente no hay cíbers ni locutorios: todos tienen sus celulares de última generación y sus computadoras portátiles. Los teléfonos públicos suelen fallar, tragan las monedas sin permitir la comunicación. Y no hay tarjetas para llamadas locales. Es decir, alguien que como yo llega de afuera sin teléfono y sólo por unos días, tiene algunas complicaciones.



-Tener hijos “es fácil”: van al colegio hasta las 13 y luego asisten a unos lugares que se llaman “casas de libertad” (bueno, se llaman así pero en danés), donde hay profesionales que los cuidan y ayudan a hacer los deberes. Eso si quieren, porque también pueden jugar a los videojuegos súper modernos que tienen allí, o bien no hacer nada. También almuerzan allí, y esperan a que sus padres los pasen a buscar, no más allá de las 4 de la tarde, porque nadie aquí trabaja hasta después de esa hora. Todo por 40 euros al mes.

-Se puede vivir sin trabajar, gracias a los subsidios por desempleo que otorga el Estado. Me cuentan que hay gente que vive, literalmente, sin trabajar. Pero en general eso no va con la idiosincrasia del danés: no se imagina viviendo así, de vago. Se aburren. Pero que el Estado ayuda, ayuda. Hasta otorga un subsidio de 30 coronas diarias (o sea, 4 euros, lo que da 90 euros mensuales, y que equivalen en pesos argentinos a casi 400, lo que gana un jubilado y más que un plan Jefas y Jefes de Hogar) para la alimentación de tu perro, si es que tenés uno. No se rían, no es joda: es la pura realidad.

-La red de subte (“metro”, tal como se llama aquí y en gran parte de las ciudades del mundo) es mínima: apenas dos líneas, que tienen nueve estaciones en común, más de la mitad de su recorrido. Después, una de ellas se extiende por dos estaciones más, y la otra por seis. “El verdadero metro es el tren”, me dijo alguien. El ferrocarril cubre muchos más sectores de la ciudad, que en realidad es muy pequeña y con lo que tiene se arregla sin problemas. Ah: para viajar no hay molinetes ni un tipo que controle el ingreso ni nada. Entrás y viajás. Obviamente, todo el mundo saca religiosamente su boleto (19 coronas, unos 2,60 euros), aunque nadie se lo pida. En todo caso, existe el riesgo de que pase el chancho, y si te agarra sin boleto tenés que pagar una multa de no sé cuántos miles de coronas. Y los daneses no son gente de arriesgar demasiado.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Resumen de noticias

Actividades varias en estos días. Resumiendo: el sábado, inauguración de la “Catedral en llamas”. Luego, fiesta de cumpleaños de un español en un lugar lleno de españoles. Domingo a la mañana, desayuno a solas con el comandante de la fragata Libertad, en la propia fragata, que por estos días está en Copenhague. Lunes a la tarde, recepción en la fragata, con la presencia del embajador argentino, la cónsul, otras figuras diplomáticas y varios personajes –no sólo argentinos– con los que me gustó hablar.

En la popa de la fragata, el domingo a la mañana.

Sigo trabajando en un artículo con el que estoy muy entusiasmado pero no puedo terminar. Espero hacerlo mañana.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Acá vivo

Aquí está la vista aérea, por medio de Google Maps, de la zona en la que estoy viviendo en estos días. El departamento queda sobre Sankt Annae Gade (exactamente, entre la "a" y la "d" de Gade).


Ver mapa más grande

viernes, 31 de agosto de 2007

Me traje un sacapuntas, ¿y qué?

Antes de mi partida, decidí aceptar el consejo de más de una persona y me hice una larga lista de cosas que debía traerme. Era una lista abierta: a medida que recordaba algo que consideraba necesario, lo agregaba. En las horas previas al viaje, mi amigo Facundo tuvo acceso en exclusiva a la nómina. De pronto y con voz indignada, me dijo:

-Cristian, no podés poner sacapuntas.

¿Por qué no?, fue mi respuesta. Si llevo lápiz, debo llevar sacapuntas. ¿Y pará qué llevás lápiz?, inquirió él. Le expliqué que cuando leo y subrayo los libros, tengo que hacerlo con lápiz, no con birome. Es verdad, acá deben conseguirse sacapuntas, pero si yo tengo y casi no ocupa lugar, ¿por qué no llevármelo? Él insistió en que era inútil, que no debía traer sacapuntas y que en todo caso tampoco debía traer lápiz. Le expliqué que es mi lápiz polaco, que me regalaron en el stand de Polonia de la Feria del Libro de 2005. Pero insistió en que no debía hacerlo.

Peor fue cuando supo que yo no quería traer traje y corbata. Que cómo podía incluir sacapuntas y no traje y corbata. Debido a las presiones de él y de mi madre y de otras personas, terminé metiendo en mi sobrecargada valija el traje y una corbata, creyendo que sería del todo inútil.

Al parecer, los asistirá la razón. El lunes estoy invitado a visitar la fragata Libertad, que se encuentra actualmente en Copenhague, y tengo que ir de corbata. Me queda una opción para no tener que admitir mi derrota: usar mucho el lápiz durante el fin de semana para justificar el empleo del adminículo afilador. Por lo pronto, anoche comencé la lectura del libro que mi amigo Emiliano me regaló para el viaje: Cartas a Théo, de Vincent Van Gogh. Lo poco que leí hasta ahora estuvo muy bueno. Eso me favorece.

Primeras fotos

Hoy compré el adaptador USB y ahora puedo subir algunas de las fotos que saqué. Ya superé las 200. Acá van algunas de las ciudad...




... y acá algunas de mi departamento.



jueves, 30 de agosto de 2007

Llueve igual que en todas partes...

Dinamarca es un país, para nosotros los argentinos, exótico (del mismo modo que la Argentina es un país exótico para ellos los daneses). Hay muchas bicicletas y muchos autos muy caros. Bueno, en realidad todo es muy caro acá. Para que se den una idea: voy a un barcito que se llama “Holberg N° 19” y pido un “classic sandwich” y una cerveza. Me cuesta 84 coronas danesas, algo así como 11 euros y pico, o sea… 50 pesos argentinos. Asusta. “No cometas el error de hacer la comparación con la economía argentina”, me dijo ayer mi amigo Facundo por chat. Trato de no hacerlo, pero es complicado…

Estos días que llevo en Copenhague habrían sido absolutamente distintos si no hubiera tenido internet. La diferencia es monstruosa. Ayer y hoy no sólo chateé con mis padres, mi hermano y varios amigos, sino que además hablé y los vi a través de sus webcams (yo no tengo, al menos por ahora). Además, me meto a leer el diario argentino, y mientras escribo esto escucho la radio argentina, y además tengo todo el tiempo mi correo abierto, con mis contactos y mis archivos, y tengo la música que me grabé antes de salir… Incluso hace algunos minutos, por fin, me pude hacer mate. Así que este departamentito en Copenhague se parece mucho a un departamento en Buenos Aires o en Florencio Varela.

Dinamarca es un país exótico, decía, donde la gente no tiene mucha idea de la Argentina, no se imagina siquiera lo que es el mate y donde no hay locutorios ni cíbers, porque todo el mundo tiene celulares de última generación y laptops con wi-fi… Pero llueve igual que en todas partes. Hoy estuvo lluvioso desde temprano. En realidad, nunca se largó fuerte, sino que fue una llovizna persistente y tenaz, que mantuvo mojadas las calles y las veredas durante todo el día.

PD 1: Ya publicaré fotos. Por ahora no puedo bajarlas de la cámara a la computadora, pero en cuanto las tenga las iré subiendo acá.

PD 2: Me tengo que buscar equipo en Madrid. Yo que tenía ganas de tomarle cariño al Atlético, donde están tipos pulenta como Maxi Rodríguez y Agüero… y hoy me entero de que el dentista va a ir a parar ahí. Tendré que hacerme del Rayo Vallecano, nomás.

miércoles, 29 de agosto de 2007

En Copenhague

Ya estoy instalado en Copenhague. El viaje fue cansador, porque se hizo muy largo: salí a las 13.20 de Ezeiza (Iberia fue muy puntual) y llegamos a Barajas cuando mi reloj marcaba las 12.30, pero que en hora local equivalía a las 5.30. Lo malo de algo así es que no hay noche: las azafatas pasaron sirviendo el desayuno y dando los buenos días cuando para mí aún no había llegado la medianoche.

En Madrid no debí permanecer en zona de tránsito. Salí del aeropuerto y desayuné con Mónica en un barcito de la calle San Bernardo. Después volví a Barajas. El vuelo a Copenhague lo viví somnoliento: me caía de sueño. No había dormido y estábamos en lo que para mí eran las seis de la mañana. Al llegar, menos de tres horas después, pude ver desde el aire pero en persona la capital danesa –con el extraordinario puente Oresund– tal como la había visto en Google Earth.

Después estuve en casa de Pío Díaz y Thyra Hilden, los artistas que me invitaron. Con ellos fuimos a la Catedral de Copenhague, escenario de la instalación, donde hubo una conferencia de prensa. Más tarde cenamos en un restorán italiano y luego me vine, por primera vez, al departamento donde estaré estos días. Está en un barrio que se llama Christianhavn, que significa algo así como “puerto de Cristian”. Parece que los daneses quisieran hacerme sentir como en casa.

viernes, 24 de agosto de 2007

Saludos laborales


En Bellagamba, ayer a la noche. Mis compañeros y compañeras de trabajo me organizaron una despedida. Nos divertimos muchísimo.

jueves, 23 de agosto de 2007

Aviones

El año pasado hice mis primeros dos viajes en avión. El primero fue para ir a España. El segundo, para volver. Aquí, un videíto que tomé desde la ventanilla durante mi vuelo inaugural.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Avisar que uno se va

A uno no le gusta llamar la atención. Se pregunta: ¿cómo contar sin llamar la atención algo que en sí mismo llama la atención? Uno duda y da vueltas...

Lo conté masivamente en mi trabajo. Mis compañeros (ayer un grupo, hoy el otro) recibieron la noticia con sorpresa y alegría, me alentaron, me apoyaron, me pasaron algunos contactos y algunos hasta me dijeron que me envidian, aunque siempre con buena onda.

Me cuesta contarlo. Una querida amiga se enojó porque se lo dije recién ayer, y resulta que ya se había enterado por otro lado. Pero no lo hago de mala onda, es sólo que no me gusta ponerme a hablar de mí...

Ya sé: escribo esto en un blog en el que no hago otra cosa que hablar de mí. Pero acá es distinto. No me pregunten por qué.

domingo, 19 de agosto de 2007

Hudson

Este soy yo, ayer en el Museo y Parque Ecológico "Guillermo Enrique Hudson", ubicado en Florencio Varela.

En ese lugar está la casa donde nació y vivió los primeros años de su vida el escritor, que a sus 31 años de edad se fue a vivir a Inglaterra. Nunca volvió, pero todas sus obras -escritas en inglés- remiten al universo en el que pasó sus años de formación y juventud. Su obra más emblemática es Allá lejos y hace tiempo, que narra las memorias de sus primeros años. Ayer se cumplieron 85 años de su muerte.

jueves, 16 de agosto de 2007

Arqueo

Anoche jugué al fútbol con mis amigos del fútbol de los miércoles. Volvía a la actividad después de unas cuantas semanas, por una lesión que sufrí allí mismo, en el Club Atlético San Telmo, que está sobre la calle Bolívar, debajo de la autopista, a unos metros de la avenida San Juan. En realidad, no estaba lo suficientemente sano como para volver a jugar. Pero quería hacerlo, a manera de despedida: sabía que iba a ser mi último partido, al menos por un tiempo, en suelo argentino.

Creo que perdimos por uno o dos goles, aunque el resultado -que suele no ser tan importante en estas jornadas- esta vez lo fue aún menos. Hice un gol, a pesar del dolor en el tobillo izquierdo, que me sumió en una clara inferioridad física con respecto a los otros doce jugadores (fuimos siete contra seis).

Después fuimos, como es costumbre, a un pequeño restorán sobre la calle Brasil que se llama "La Carretería". ¿El servicio? Sucede algo raro. Por un lado, muchos se quejan, y a mí a veces me dio la impresión de que, en efecto, la atención no era la mejor. Pero, por otro lado, una de las mozas -Rocío Palazzo, cantante folclórica de ascendente carrera- nos tiene simpatía, además de ser la dueña del corazón de uno de los muchachos del grupo. Aquí la podemos ver en acción:



Las otras mozas suelen ir cambiando. Anoche, por ejemplo, había una que no conocíamos. No bien llegamos, yo subí al baño. Cuando volví a la mesa, encontré a mis amigos en medio de un diálogo.

-Es el arqueo -dijo uno.

-¡Sí! ¡Es verdad! -festejó otro. Después me explicó-: Ese arqueo, esa forma de pararse de las minas...

Enseguida descubrí de qué hablaban: de la moza "nueva", cuya figura posee un raro atractivo.

-Es el arqueo, prestá atención -me insistieron, hablándome ya no de la señorita que hablaba por teléfono celular a unos metros de nosotros, sino del género femenino en general. Yo prometí que voy a prestar atención.

miércoles, 15 de agosto de 2007

La liturgia de las despedidas

Faltan doce días, y la liturgia de las despedidas ya empieza a hacerse sentir. Amigos que me dicen o me escriben cosas, la inevitable ambigüedad de quienes se ponen contentos por mis proyectos pero tristes por mi partida… Lo normal. Lo mismo que siento yo.

Me preguntan por los preparativos y respondo que no hay muchos. Algunos trámites, algunos arreglos, tengo que comprarme algunas ropas, una valija y algunas cositas más. Se supone que tengo que hacer listas para no olvidarme de nada y para no perder nada por el camino.

Hace unos diez días, mis amigos Facundo, María José y Mauricio armaron un listado de las cosas que debíamos hacer juntos antes de que me vaya. La nómina incluía cuestiones tales como:

-Ir a comer una parrillada.
-Ir a “Hemingway”, un barcito en Varela que por algún motivo se convirtió en especial luego de que fuéramos juntos… una vez.
-Jugar al TEG.
-Visitar y sacarnos fotos en lugares turísticos de Buenos Aires, como Caminito, la Costanera, el Obelisco, el Planetario y el cementerio de la Recoleta.

El único que cumplimos hasta ahora fue el del TEG. Jugamos el sábado en mi casa y gané. Conquisté América del Sur, África y ocho países de Asia.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Señalador

Hay épocas en las que leo libros sucesivamente. Es decir, en las que tengo que terminar uno para comenzar el otro.

Hay otras épocas en las que, cuando quiero darme cuenta, estoy leyendo varios libros a la vez. Y los empiezo y los voy alternando de un modo caprichoso y arbitrario que no entiendo del todo.

¿Cómo me doy cuenta de que dejé aquel orden puntilloso? Por el señalador. Cuando no lo encuentro, es que lo dejé en el libro que estaba leyendo antes y no terminé.

Este es uno de esos momentos.

jueves, 19 de julio de 2007

Fútbol agradable

Teniendo en cuenta los últimos resultados del fútbol que le interesa a este blog, más vale solazarse con otras escenas deportivas. Aquí, dos videos memorables.

El primero, un partido de fútbol que enfrenta a los poderosos seleccionados de filósofos de Grecia y Alemania.



El segundo, una antológica escena de Los Simpson: el partido entre Portugal y México, Pelé y la publicidad, el relato del portugués, Homero gritando "me aburro", el jardinero Willy enseñando lo que es "una gresca de fútbol..."



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miércoles, 18 de julio de 2007

Nueva canción (¡y video!) de Andrés Calamaro




El tema se llama "5 minutos más (minibar)", y forma parte del nuevo disco de Andrés, que se llamaría La lengua popular (pero sabemos que sus discos no tienen nombre definitivo hasta que no salen). Este será lanzado, según se anuncia, el 11 de septiembre.

jueves, 12 de julio de 2007

Nieve sobre Buenos Aires (2)

Una vez cada ochenta y nueve años
nieva en Buenos Aires
y nos miramos unos a otros sin creérnoslo del todo
salimos a la calle
hacemos muñecos
sacamos fotos
decimos que parece la Patagonia o Europa
aunque nunca hayamos estado
en la Patagonia o Europa
somos felices

Al día siguiente sale el sol
y aunque sigue haciendo frío, la nieve se derrite
ponemos nuestras fotos de la nieve en flickr
vemos videos de la nieve en youtube
la tele habla de otra cosa
seguimos siendo felices, a qué negarlo

Pero todos miramos a los chicos más chicos
y aunque nadie diga nada
sentimos envidia porque algunos de ellos
no sabemos cuáles
volverán a ver nevar en Buenos Aires
ochenta y nueve años después

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miércoles, 11 de julio de 2007

Nieve sobre Buenos Aires (1)

Amigos mendocinos, la publicidad les quedó un poco desubicada en estos días. La nieve más cerca... acá nomás, en Buenos Aires.

martes, 10 de julio de 2007

Presentan Los cuatro elementos, la narrativa completa de Charlie Feiling


El jueves de la semana próxima (19 de julio) la Editorial Norma presenta Los cuatro elementos, el volumen que reúne la narrativa de Charlie Feiling. Será en la Boutique del Libro (Thames 1762, Palermo Viejo), a las 19 y con entrada libre. La presentación estará a cargo de Fogwill y Marcelo Figueras.

El libro incluye las tres novelas que Feiling publicó (El agua electrizada, Un poeta nacional, El mal menor) más el primer capítulo de la que dejó inconclusa: La tierra esmeralda.

Tres días después de la presentación, el domingo 22, se cumplirán diez años de la muerte de Feiling.

Propaganda para mis amigos

Mi amiga Marta Molina está haciendo el máster del diario El País de Madrid y por estos días realiza sus prácticas en ElPaís.com. El domingo salió su primera nota firmada: una entrevista a Kevin Johansen. Quizás no tenga nada que ver que publique esto en el blog, pero es mi amiga y le quiero hacer publicidad. Y punto.

lunes, 9 de julio de 2007

Siento que me llaman

Un cartel fotocopiado, que se repite en muchas paredes y postes de Florencio Varela, reza el siguiente texto:

Matrícula Nº 73.263

Parapsicólogo Gustavo E. Díaz

Si usted es víctima de la desgracia tenga en cuenta estos ejemplos
Usted puede ser víctima de un trabajo de magia negra o roja
Ejemplo Nº 1 Pérdida de empleo
Nº 2 Desunión familiar
Nº 3 Enfermedad
Nº 4 Separación de pareja
Nº 5 Agotamiento
Nº 6 El dinero no le rinde
Nº 7 Angustia - decaimiento
Nº 8 Ganas de llorar
Nº 9 Siente que lo llaman
Nº 10 Tiene insomnio
No dude en visitarno somo lidere en parapsicología año de trayectoria

Reconosido por la Institución Sudamericana de EE.UU y Argentina
Solicite turno al...

Y agrega números de teléfono fijo y de celular.

Lo que me parece más curioso es la nómina de "ejemplos", que mezcla problemas con síntomas (algo así como causas y consecuencias). Uno puede sentir angustia y decaimiento y ganas de llorar si pierde su empleo o lo abandona su pareja o sus hijos no quieren verlo.

Y si bien "ganas de llorar" es muy bueno, hay uno que lo supera: "Siente que lo llaman". ¿Se referirá a que la persona escuche voces? ¿Que sea sólo una sensación inconciente? ¿A que escuche el timbre de un teléfono a pesar de no tener teléfono, como el tipo de una publicidad de Telefónica de los 90?

lunes, 18 de junio de 2007

No es lo mismo

1. No soy kirchnerista.

2. Que gane Macri es lo peor que le puede pasar a la ciudad de Buenos Aires. Cuando hablo de la ciudad incluyo a sus alrededores, el conurbano, todos los que no votamos en esta elección pero que dependemos económicamente en gran medida de lo que deciden las autoridades de la ciudad autónoma.

3. Como dijo Podetti: es verdad, peor sería que ganara Hitler. Pero bueno, supongo que ese consuelo no sirve para mucho más que para un chiste.

4. "Espíritu crítico": esa búsqueda es lo que lleva a muchas personas, a veces sin darse cuenta, a estar en contra de todo. O casi. Y entonces somos tan críticos que todo está tan mal que miramos todo desde el otro lado de la raya, y los que no están conmigo están contra mí, y Kirchner, Menem, De la Rúa y Alfonsín son todo(s) lo mismo. Son todos iguales. Votá en blanco, total nada cambia. ¿Son todo lo mismo? ¿El tan mentado espíritu crítico no permite encontrar matices, diferencias?

5. Tendemos a irnos a los extremos. Hace poco, en un debate que tuve con unos amigos vía mail, osé decir algo a favor de Fidel Castro. Comencé aclarando que no soy castrista, pero que me parece menos malo el sistema que Castro aplica sobre Cuba que el que Estados Unidos aplica sobre el mundo. A poco de iniciada la discusión, ya era blanco de burlas acerca de mi supuesta filiación al comunismo, que debía andar con la hoz y el martillo en el pecho y llamando tovarich a todo el mundo.

6. Repito: no soy kirchnerista, pero me parece que hay que hacer todo lo posible para que Macri no gane. Votar en blanco me parece no tener espíritu crítico para analizar qué es preferible, o al menos qué es menos peor. Es convertirse en espectador.

7. Alguien puede alegar motivos hasta morales. "No puedo votar a Filmus por razones de conciencia". Puede ser, obviamente nadie puede objetar esa postura. Pero ¿qué hubiera pasado si en 2003 todos hubieran dicho lo mismo luego de la elección presidencial? Quizás Menem sería hoy presidente.

8. Alguien puede pensar que Menem y Kirchner son lo mismo. En tal caso, retroceda cuatro casilleros y relea el punto 4.

9. Viajo de forma pésima e insoportable cada día de mi vida. Escucho cada noche pasar por la puerta de mi casa los carritos de los cartoneros que vuelven de la capital con los desechos que juntan para cambiarlos algo de dinero. No sé si esas cosas, como tantas otras, podrán mejorar con una gestión de Filmus. Es más, me parece poco probable. Con Macri, es directamente imposible. No sólo no mejorarán, sino que empeorarán. Para Macri, los cartoneros son ladrones. Los negritos son delincuentes. Los pibes chorros no son las víctimas de un sistema perverso, sino la lacra de la sociedad. Buenos Aires existe sólo de Rivadavía para el norte.

10. Trato de tener espíritu crítico, y eso me permite pensar que no son lo mismo Macri y Filmus. No soy kirchnerista, pero (como León Gieco y varios más) haría campaña por Filmus. La hago desde acá. Si vos podés, hacé algo para tratar de evitar que Macri sea jefe de Gobierno. Puede ser terrible para mucha gente.




sábado, 16 de junio de 2007

Día del padre

Me llega un mail de MasOportunidades.com con el asunto: "Cristian todo para tu papa".

Más allá de los errores de puntuación y ortografía, ¿esta gente no se da cuenta de que yo puedo no tener papá? ¿Tan difícil es comprender que conviene poner "todo para el día del padre"?

Cosas que pasan.

sábado, 2 de junio de 2007

Nuestro primer y único y último primer plano

Fue Tim Burton quien recordó en una entrevista: “De pequeño yo soñaba con, cuando fuera grande, ser el actor dentro del traje de Godzilla. Y poder ventilar toda esa furia contenida en mi interior y mi sueño era destruir ciudades enteras”.

El problema, claro, es que después crecemos y descubrimos que el rol que nos ha deparado la vida es el de correr y tropezar e incorporarnos y mirar hacia arriba y, entonces, nuestro primer y único y último primer plano –nuestro contado minuto de fama– con la boca bien abierta por un grito.

Rodrigo Fresán, en un artículo en Radar del domingo pasado


miércoles, 30 de mayo de 2007

Llamadas internacionales, llamadas tardías

El 29 de enero de este año se cumplieron 10 años de la muerte de Osvaldo Soriano. Yo escribí una nota para Clarín.com, y entre las personas que consulté estuvo Cristian Vaccarini, profesor de Letras, uno de los mejores docentes que tuve en mi vida. Le pedí que me mandara algo sobre Soriano y me escribió un texto del que, en el artículo, apareció sólo un fragmento. Desde entonces tengo la idea de publicarlo acá, y no lo hice.

Ahora, llego tarde. Porque en su texto Cristian afirma que "'Llamada internacional', sus contratapas en Página/12, merecen una recopilación". Y es esa recopilación, precisamente, la que Página sacó el domingo. De todas maneras, comparto aquí esta excelente reseña sobre Soriano y su obra.


Soriano construyó en su obra novelística un compendio de lo que podríamos llamar “realismo argentino”, en el que recorrió muchas de las paradojas nacionales. Sin necesidad de apelar a lo maravilloso, le bastó con apenas exacerbar las inverosimilitudes, con frecuencia trágicas, de una comarca que las generaba sin cesar. Para ello trabajó, con mirada lúcida, oído de dialoguista y humor semiamargo, un grotesco que combinaba las taras y las frustraciones del país con los sueños y los ideales de algunos de sus habitantes. Hizo correr ese grotesco, que a veces cae en excesos, también por las vías del periodismo y fue cronista impiadoso de las miserias de los '90 (“Llamada internacional”, sus contratapas en Página/12, merecen una recopilación). Soriano mostró el carácter innato de la política como farsa. La historia argentina lo obsesionó y en una de sus mejores novelas, No habrá más penas ni olvido, supo darnos una clave precisa de esa insoslayable galaxia llamada peronismo.

Hay en su literatura una predilección evidente por la acción (siempre están pasando cosas en sus novelas), y por los personajes que pudieron ser, y no fueron. Se mueven entre el empecinamiento del deseo y el desencanto de la derrota, en un mundo de palizas, cigarrillos, solidaridades de apuro pero sinceras, invitaciones a beber, planes alocados y noches lluviosas que todo lo fastidian. El cónsul Bertoldi y el delegado Ignacio Fuentes quizá sean los más entrañables, pero sospecho que el mejor personaje de la escritura de Soriano es su propio padre.

Fue y es un escritor muy leído, y uno puede conjeturar los frecuentes “¡Es así!” de sus lectores al encontrarse con las muestras de lo argentino como grotesco. Pero recibió numerosos desdenes de ámbitos académicos, una de las causas de que su obra aún no haya ingresado del todo en el canon literario nacional. Quizá es prematuro hablar de influencia sobre escritores posteriores. En todo caso, podríamos preguntarnos por líneas de parentesco con autores de su generación que ficcionalizan nuestra historia contemporánea: en estos términos, pienso, por ejemplo, en Saccomanno como un compañero de ruta de Soriano en la literatura argentina.