jueves, 19 de mayo de 2005

Falconer, de John Cheever

He leído esta novela en los últimos días. La tenía recomendada por Rodrigo Fresán, escritor que disfruto muchísimo. En uno de los textos de su libro Trabajos manuales, Fresán hace hablar al Cuento y a la Novela, y cada uno, intentando demostrar que es mejor que el otro, menciona algunos de sus mejores exponentes. Novela nombra a El sueño de los héroes, El gran Gatsby, A sangre fría y algunas más, entre las cuales está Falconer.
En realidad, a mí no me gustó tanto. Me parece una buena novela, pero no mucho más que eso. Cuenta la historia de un hombre, que pertenece a la clase alta de la sociedad pero cae en desgracia y es condenado a 10 años de prisión por el asesinato de su hermano. El lugar donde debe cumplir la condena es la cárcel de máxima seguridad Falconer, una de las más brutales de los Estados Unidos.
Se hace un muy buen retrato del presidio y de lo que allí se vive (me recordó algunas de esas películas de Stallone). Si tuviera que recomendarlo, diría que es "sólo apto para quien tenga ganas de leer una buena historia... que transcurra en la cárcel".
Es lo único que leí hasta el momento de Cheever, de cuyos cuentos escuché buenos comentarios. Cuando vuelva a leer algo, aviso.

miércoles, 11 de mayo de 2005

El Gordo Soriano, contador de patos


(Me enviaron esta anécdota sobre el entrañable Gordo Soriano. La encontré ya publicada en otros weblogs, pero no me importa. Ya bastante que trato de publicar cosas interesantes, así que no me pidan originalidad.)

Durante la filmación del documental Soriano, Osvaldo Bayer le contó al director Eduardo Montes Bradley una anécdota sobre su amigo escritor.
Resulta que en el exilio, cagado de hambre, Osvaldo Soriano consiguió un laburo de contador de patos en el Lago de los Cien Patos, en Bruselas. Su tarea consistía en contar los patos todas las noches y reportar posibles faltantes a las autoridades, que al instante los repondrían para que el Lago de los Cien Patos no dejara de tener, efectivamente, cien patos.
El problema era que nadie se robaba nunca un pato, siempre había cien patos en el Lago de los Cien Patos, y Soriano empezó a temer que las autoridades notaran la inutilidad del puesto y lo echaran. Entonces contrató a un amigo exiliado peruano para que cada tanto se robara un par de patos.
De esa manera pudo mantener su trabajo y, según dicen, eran legendarios los asados que se organizaban entre varios exiliados latinoamericanos, con Soriano como huésped de honor. Obviamente, el menú era siempre el mismo: pato a las brasas.
Maravillado por la anécdota, y con la intención de hacer más interesante su documental, Montes Bradley le dijo a Bayer: “¿Por qué no vamos a Bruselas para ver si existe ese puesto de contador de patos?". Y Bayer le dijo que mejor no, que para qué.
Yo, como Bayer, quiero creer que en Bruselas hay un puesto de contador de patos.

domingo, 8 de mayo de 2005

¿Super Mario era comunista?



Así parecen demostrarlo los autores de esta página. Juzguen ustedes mismos las evidencias, haciendo click aquí.

El Papa es el Emperador Palpatine



Así como lo leen: las fotos valen más que mil palabras. Los seguidores de La Guerra de las Galaxias ahora sí que tienen motivos para reclamar que la suya es una religión hecha y derecha. Si quieren saber más, lean la nota en Página/12.

viernes, 6 de mayo de 2005

Frases de cortesía

Ayer vi en un negocio de La Plata, en la puerta de vidrio de una heladera donde se exponen las gaseosas a la venta, el siguiente cartel:

ELIJA SU BEBIDA ANTES DE ABRIR LA HELADERA

Me recordó ese mensajito visto tantas veces en tantos lugares:

SI NO TIENE NADA QUE HACER,
POR FAVOR NO LO HAGA AQUÍ

Pero sin dudas el mejor de todos, uno que vi hace unas semanas en un puesto de discos en el Parque Rivadavia:

NO VENDEMOS MP3 NI CD TRUCHOS.
TAMPOCO SABEMOS DONDE VENDEN.
DE NADA.

Iba acompañado por un emoticón: una carita que le hubiera quedado bien al Pitufo Gruñón.

martes, 3 de mayo de 2005

Mi presencia en la Feria del Libro

La Feria del Libro suele poner un poco triste a quienes somos fanáticos de los libros y no tenemos mucho dinero para gastar. Pero ayer, recorriendo los stands, tuve una pequeñísima alegría. En el stand del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires (N° 1822, en el Pabellón Amarillo) se expone la antología de cuentos y poemas, con los textos seleccionados en el concurso Arte Joven 2003. En ambas categoría hay trabajos míos: un cuento y un poemario.
Lo curioso es que en la portada está (copiado de puño y letra ajenos) uno de mis poemas.
De un modo muy humilde, es verdad, pero por primera vez me sentí partícipe desde adentro de la Feria, y no sólo como uno de los tantos que por allí nos paseamos sin poder comprar nada...