Las mejores decisiones son aquellas que se maduran con el tiempo. La naturaleza es sabia, dicen, y nada mejor para comprobarlo que ver cómo los elementos retoman el equilibrio luego de cualquier tormenta. Con el paisaje en calma es mucho más fácil ver lo que más conveniente, lo mejor.
Y la cuestión es clara: este blog, el Caballero de la Triste Figura, dice chau. No es algo que decida yo ahora, en este momento; se puede decir que lo vengo decidiendo sin darme cuenta desde hace varios meses, desde que el ritmo de publicación bajó hasta el cero que lo dominó en la última parte de este año. Por eso, me parece que lo mejor es bajar la cortina definitivamente y darle un cierre elegante a un blog que ha constituido una parte de mi vida —no muy grande, pero una parte al fin— y que representa una etapa.
Empecé este blog el día en que aprendí qué era y cómo se hacía un blog, allá por abril de 2005, cuando cursaba Nuevos Medios I, materia dictada entonces por Julián Gallo en la Maestría en Periodismo de Clarín. Lo primero de lo que hablé fue un recital de Andrés Calamaro en el Luna Park al que yo había asistido unos días antes.
El Caballero de la Triste Figura pasó por varias etapas. En sus primeros tiempos publiqué noticias sobre periodismo, tecnología y curiosidades, mezcladas con citas bibliográficas y algún que otro apunte personal; luego estos últimos fueron copando la parada y fueron los que predominaron durante la segunda mitad —digamos— de la historia del blog.
En el medio, (me) pasaron algunas cosas. El Caballero formó parte de la Asociación 3.0 Periodismo Argentino en Blog, fue recomendado por distintas webs, me permitió entrar en contacto con personas de los más variados ámbitos y por los más variados motivos; terminé la Maestría y entré a trabajar en Clarín.com, viajé por primera vez a España para participar de un congreso sobre periodismo digital; vi la disgregación de una redacción y luego formé parte de ella cuando decidí irme a vivir y probar suerte en Europa. En ese momento dije hasta luego porque abrí otra ventana para decir lo que quería decir del lado de allá: sin embargo, volví al Caballero, que terminó quedándose con todos los posts de aquella aventura. Trabajé como coordinador de una red de blogs, asesoré a muchos amigos de qué era y cómo se hacía un blog, di clases y charlas de cómo escribir para la web; soñé y esbocé nuevos blogs y finalmente creé otro, unabirome, que en los últimos meses me dio, también, muchas satisfacciones, y para el que preparo todos mis cartuchos blogueros de 2011.
Muchas imágenes y relatos de mis aventuras personales, de mis idas y vueltas de estos últimos años —muchas de ellas, con un océano de por medio—, quedaron retratadas en las páginas del blog. La última, como se puede ver justo debajo de estas líneas, fue un paseo por Lisboa. Poco después, hace poco, estuve en París, y sin embargo no llegué a poner aquí mi foto con el fondo de luces de la Torre Eiffel.
Amantes del sistema decimal como somos —tal como señaló Borges de aquella mujer que se lamentaba de que le hubiera faltado tan poco a doña Leonor Acevedo para alcanzar los cien años de edad— está bueno que la historia del Caballero se circunscriba al período 2005-2010. Cinco años y ocho meses, 919 posts, más de 95 mil visitas. Y además, un cierre desde casa: después de tanto viaje, de tantas horas de vuelo, tipeo estas líneas de despedida en Florencio Varela, en el verano argentino, bajo el árbol del patio de mis padres.
No les digo adiós, amigos, ni tampoco hasta luego. Este Caballero simplemente les dice chau, en argentino, nos vemos. Ya todos sabemos dónde encontrarnos.
el Caballero de la Triste Figura
parte del pasado, parte de lo que fui
lunes, 27 de diciembre de 2010
jueves, 26 de agosto de 2010
Una ciudad muy literaria
Lisboa es una ciudad muy literaria. Había escuchado decir eso y este fin de semana pude comprobarlo en persona. Muchas de sus principales plazas están dedicadas a sus escritores, sobre todo a nombres como Luís de Camões, Eça de Queirós y Fernando Pessoa. Uno de los puntos más visitados por los turistas es el café A Brasileira, en el centro de la ciudad, sitio del que Pessoa era habitué; en la terraza hay una estatua del escritor sentado a una mesa y con un asiento al lado, listo para que los turistas nos saquemos la obvia pero no menos inevitable foto.
Ocupa pocos espacios públicos, sin embargo, José Saramago. El único Nobel de Literatura en lengua portuguesa parece ser mucho más reconocido y celebrado en España que en su país natal, quizás porque pasó las últimas dos décadas de su vida en la isla de Lanzarote (Canarias), desde que tuvo problemas con el gobierno portugués en 1991 por la publicación de El evangelio según Jesucristo. Su viuda, la española Pilar del Río, declaró recientemente en una entrevista que nunca le permitió a su marido tramitar la nacionalidad española "porque es un símbolo de Portugal y tenía que ser portugués 100%", pero hay que ver si los portugueses lo consideran así...
No vi en las librerías por las que anduve demasiados autores argentinos, aunque uno de ellos, también muerto hace poco, está en los escaparates más comerciales: Tomás Eloy Martínez. Su novela El cantor de tango (O cantor de tango en la edición portuguesa), de reciente aparición allí, cuesta € 9,90.
Ocupa pocos espacios públicos, sin embargo, José Saramago. El único Nobel de Literatura en lengua portuguesa parece ser mucho más reconocido y celebrado en España que en su país natal, quizás porque pasó las últimas dos décadas de su vida en la isla de Lanzarote (Canarias), desde que tuvo problemas con el gobierno portugués en 1991 por la publicación de El evangelio según Jesucristo. Su viuda, la española Pilar del Río, declaró recientemente en una entrevista que nunca le permitió a su marido tramitar la nacionalidad española "porque es un símbolo de Portugal y tenía que ser portugués 100%", pero hay que ver si los portugueses lo consideran así...
No vi en las librerías por las que anduve demasiados autores argentinos, aunque uno de ellos, también muerto hace poco, está en los escaparates más comerciales: Tomás Eloy Martínez. Su novela El cantor de tango (O cantor de tango en la edición portuguesa), de reciente aparición allí, cuesta € 9,90.
miércoles, 25 de agosto de 2010
This is the Barrio Alto
Todos los taxis en Lisboa son Mercedes Benz.
Nos tomamos uno y le pedimos que nos llevara al Barrio Alto. Habíamos estado un poco perdidos; nos tomamos el autobús 28, como creímos que nos habían indicado, pero nos estaba alejando del lugar adonde teníamos que ir. Así que nos bajamos y decidimos hacer la fácil: que un taxi nos deje en la puerta del hotel.
"This is the Bairro Alto", señaló el taxista luego de unos minutos, luego de comprobar que la comunicación español-portugués no era tan fluida como quizá había pensado. "It's very old", añadió varias veces.
El hotel está en la calle Dr. Luis de Almeida e Albuquerque. El problema fue no buscarlo antes en Google Maps y confiar en que llegar sería fácil. Pero la calle tiene sólo unos cien metros de longitud, no aparecía en los planos de la ciudad que nos dieron en el aeropuerto, el taxista no la conocía, la gente de la zona a la que le preguntamos tampoco... Por suerte teníamos algunas referencias: estaba cerca de las calles Calçada do Combro y Santa Catarina. Así, finalmente, encontrar la rua no nos costó tanto.
El que nos dejaba al lado era el eléctrico 28, que no era el autobús sino el tranvía. Eso lo aprendimos después, claro. Como siempre pasa cuando se visita una ciudad desconocida, al principio hay que perderse para después empezar a encontrarse.
Nos tomamos uno y le pedimos que nos llevara al Barrio Alto. Habíamos estado un poco perdidos; nos tomamos el autobús 28, como creímos que nos habían indicado, pero nos estaba alejando del lugar adonde teníamos que ir. Así que nos bajamos y decidimos hacer la fácil: que un taxi nos deje en la puerta del hotel.
"This is the Bairro Alto", señaló el taxista luego de unos minutos, luego de comprobar que la comunicación español-portugués no era tan fluida como quizá había pensado. "It's very old", añadió varias veces.
El hotel está en la calle Dr. Luis de Almeida e Albuquerque. El problema fue no buscarlo antes en Google Maps y confiar en que llegar sería fácil. Pero la calle tiene sólo unos cien metros de longitud, no aparecía en los planos de la ciudad que nos dieron en el aeropuerto, el taxista no la conocía, la gente de la zona a la que le preguntamos tampoco... Por suerte teníamos algunas referencias: estaba cerca de las calles Calçada do Combro y Santa Catarina. Así, finalmente, encontrar la rua no nos costó tanto.
El que nos dejaba al lado era el eléctrico 28, que no era el autobús sino el tranvía. Eso lo aprendimos después, claro. Como siempre pasa cuando se visita una ciudad desconocida, al principio hay que perderse para después empezar a encontrarse.
martes, 20 de julio de 2010
Feliz día
Suele repetirse una frase: "Un amigo es un hermano que se elige". Creo que la frase se equivoca dos veces. Primero, porque conozco a muchas personas que no quieren a sus hermanos, que están distanciados o redondamente peleados, que no se hablan, que tienen problemas de dinero, etc., etc. Segundo, porque uno no elige -al menos no siempre- a sus amigos. Los amigos y las amigas son personas que la vida nos pone en el camino, o mejor, la vida hace que sus caminos se crucen con los de uno, y entonces tienen lugar una serie de acontecimientos (afinidades o gustos comunes, experiencias compartidas, etc.) que derivan en una amistad.
En este momento de mi vida estoy lejos de mis amigos, de mis mejores amigos. Por supuesto, siento una herida, que me falta algo. Lo compensan otras cosas, pero la herida está ahí.
Amigos, he pensado mucho en ustedes últimamente. En cómo nos conocimos, en cómo se forjó nuestra relación. Descubrí que noy soy una persona de hacer amigos rápidamente, que con mis mejores amigos y amigas la relación se fue construyendo de a poco. Como esas obras faraónicas de la antigüedad, a las que uno contempla y se pregunta: ¿cómo las habrán hecho, sin la tecnología de nuestros días? Muchos agregan: ¿será obra de extraterrestres? La respuesta no tiene nada que ver con eso. Es simple: despacito, ladrillo sobre ladrillo.
La amistad tampoco tiene nada que ver con marcianos ni con tecnología (aunque ésta ayude a construirla: el teléfono, el e-mail, el facebook, este post). Y sí con acomodar ladrillo sobre ladrillo, cada uno en su momento y en su lugar.
Feliz día, a todos, ya saben quiénes.
En este momento de mi vida estoy lejos de mis amigos, de mis mejores amigos. Por supuesto, siento una herida, que me falta algo. Lo compensan otras cosas, pero la herida está ahí.
Amigos, he pensado mucho en ustedes últimamente. En cómo nos conocimos, en cómo se forjó nuestra relación. Descubrí que noy soy una persona de hacer amigos rápidamente, que con mis mejores amigos y amigas la relación se fue construyendo de a poco. Como esas obras faraónicas de la antigüedad, a las que uno contempla y se pregunta: ¿cómo las habrán hecho, sin la tecnología de nuestros días? Muchos agregan: ¿será obra de extraterrestres? La respuesta no tiene nada que ver con eso. Es simple: despacito, ladrillo sobre ladrillo.
La amistad tampoco tiene nada que ver con marcianos ni con tecnología (aunque ésta ayude a construirla: el teléfono, el e-mail, el facebook, este post). Y sí con acomodar ladrillo sobre ladrillo, cada uno en su momento y en su lugar.
Feliz día, a todos, ya saben quiénes.
sábado, 22 de mayo de 2010
pacman.google.com
Hace mucho que no dedico el blog a publicar, como hacía al principio, noticias y artículos sobre internet, tecnología y cosas así. Pero ¿cómo dejar pasar la genialidad de la gente de Google, su fantástico homenaje al Pacman convirtiendo su logo en el propio juego?
Una maravilla.
PD. Lo que son las casualidades. Anoche vi el capítulo 8x12 de Friends, titulado The One Where Joey Dates Rachel ("El de cuando Joey sale con Rachel"). La historia secundaria del capítulo es el regalo atrasado de boda de Phoebe para Monica y Chandler. El regalo es... una máquina de videojuegos: el Pacman.
Pero, ya lo sé, no tengo que confundir una coincidencia con el destino...
jueves, 20 de mayo de 2010
Por días como el de hoy
Mail de un compañero del fútbol, anoche, minutos después de terminada la final de la Copa del Rey (Sevilla 2 - Atlético de Madrid 0):
«Hoy estoy más orgulloso del Atleti que el miércoles pasado. Decía el niño del anuncio: "Papá, ¿por qué somos del Atleti?". Pues por días como el de hoy, por la actitud y la entrega de los jugadores y, sobre todo, por la afición. ¡Espectacular! Con el pitido final, las imágenes de la celebración del Sevilla salían por la tele y lo que se oía eran ¡47 mil tíos cantando el himno del Atleti! Y seguían y seguían sin abandonar el campo. Como decía el Sabina, atlético de pro: "La carne de gallina me pone en el corazón".»
miércoles, 12 de mayo de 2010
¿Cuál te parece la mejor ventaja de ser rico?
«Poder decir que no tienes dinero. Por ejemplo, yo iba y le proponía hacer algo a una compañera de clase. Entonces ella me decía: "No puedo. No tengo dinero". Yo, en cambio, hubiera sido incapaz de decir lo mismo. Si yo decía "No tengo dinero", era porque no lo tenía. ¡Patético! Igual que una chica guapa puede decir: "Hoy me veo tan horrorosa que no me apetece salir". Eso mismo, en boca de una chica fea, da risa.»
Haruki Murakami, Tokio Blues
miércoles, 21 de abril de 2010
Robotech: artículo en la revista Mundo Diners (Ecuador)
Va como un pequeño homenaje a Carl Macek, el padre de la criatura, que murió el sábado pasado a los 58 años. Un artículo mío publicado en el número de noviembre de 2009 en la revista Mundo Diners, que se edita en Quito. Las imágenes se pueden ver en tamaño grande haciendo click sobre ellas.
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