jueves, 30 de abril de 2009

Pamplona sin sanfermines

Hace unos días estuve en Pamplona. Fui a dar una charla sobre blogs para periodistas de una empresa de medios de comunicación. Y tuve tiempo de pasear un rato por la ciudad. Soy poco original: cuando el año pasado leí Fiesta, de Hemingway, me entraron unas ganas locas de ir a los sanfermines. Por eso me propuse ir este año; si todo sale bien, estaré algunos días de julio allí. Y de pronto surgió esta posibilidad, conocer Pamplona sin sanfermines, así que -aunque no tuve demasiado tiempo- la aproveché. "Te parecerá que no es el mismo lugar", me dijeron varias personas al anticiparme cuál será mi impresión al ver la ciudad de fiesta y compararla con lo que vi en esta semana.

En la foto de aquí al lado estoy junto a la estatua de Hemingway, que está a unos pocos metros de la plaza de toros.

Pamplona es una ciudad pequeña y muy caminable. Es la capital de la provincia de Navarra. Todos los carteles públicos (nombres de las calles, mensajes en los autobuses, etc.) están escritos tanto en castellano como en euskera. Navarra no forma parte del País Vasco según la división política vigente en España, pero muchos vascos reivindican el reino como parte de su territorio (y muchos navarros también lo hacen, por cierto). En euskera, Pamplona se dice Iruña.

Algo buenísimo que descubrí es la campaña "Yo no bajo", impulsada por el Diario de Navarra. Y es que el Osasuna, el equipo de la ciudad, está haciendo una campaña pobre, y debe esforzarse por sumar puntos en estas últimas fechas de la Liga para no descender (actualmente no está en puestos de descenso, restan cinco partidos). Así que hay carteles, canciones, grupos en facebook y otras historias de apoyo al equipo. ¡Aupa Osasuna! ("aupa" es algo así como "vamos" en euskera) es el grito de guerra de la hinchada.

Y otras cosas, claro. Por ahora cuento eso. Y dejo el enlace con las fotos que puse en Facebook. Ya veremos qué tal Pamplona con sanfermines...

martes, 28 de abril de 2009

Toda la grandeza y la miseria del mundo

«Un amor inolvidable
Y breve,
¿Como un huracán?,
No, un amor breve como el suspiro de una cabeza guillotinada,
La cabeza de un rey o un conde bretón,
Breve como la belleza,
La belleza absoluta,
La que contiene toda la grandeza y la miseria del mundo
Y que sólo es visible para quienes aman.»


Roberto Bolaño, fragmento del poema "La francesa", incluido en su libro Los perros románticos.

lunes, 27 de abril de 2009

Cuestión de velocidad

Un curioso cartel en una bicisenda (o carril bici, como se llaman aquí) de Zaragoza. ¡No corras!

viernes, 24 de abril de 2009

Cuatro años de blogs

Hoy, 24 de abril, se cumplen cuatro años del nacimiento y el primer post de El Caballero de la Triste Figura. Y desde aquel iniciático "Calamaro brilló en el Luna" hasta ahora ha corrido mucha agua bajo el puente.

824 posts, casi 60 mil visitas, poco menos de 80 mil páginas vistas. No es mucho, por supuesto, pero es más que cero. Incluso, este mes de abril marcará seguramente un nuevo récord mensual de visitas, en buena medida gracias al enlace de mi amigo El Fantasma de Belgrano (la semana pasada fue la más visitada en la historia del Caballero...). Y muchas pequeñas satisfacciones derivadas de este espacio, un poco diario personal, un poco cuaderno de apuntes, un poco colección de curiosidades, un poco carta de presentación, un poco vaya a saber qué cosas más.

Titulo esta entrada "Cuatro años de blogs", en plural, porque son también los cuatro años de mi historia relacionada con estos espacios en internet. En este lapso, muchísimos nos familiarizamos con el término, con el concepto, formamos una comunidad, creamos y matamos blogs, los incorporamos a los sitios web informativos más poderosos y muchos de estos sitios copiaron su forma de presentar las noticias, yo trabajé en una red de blogs... Y precisamente hoy, como regalo secreto por el cumpleaños del blog (secreto porque quien lo realiza no tiene idea del aniversario), me confirman que la próxima semana estaré en Pamplona impartiendo una sesión/clase sobre blogs para los empleados de una empresa de medios. Algo que hubiera sido imposible de no haber empezado a andar este camino un día como hoy, cuatro años atrás.

Por todo eso, quiero celebrar estos cuatro años con ustedes, amigos lectores.

jueves, 23 de abril de 2009

En el Día del Libro, mis libros

Hoy es el Día del Libro. Acá en España les dan mucha bola a esas cosas; mucho más que en la Argentina. Está lleno de actividades aquí y allá relacionadas con el Día del Libro. A mí me parece que la mejor actividad que existe relacionada con los libros es leer. Leerlos.

Pero bueno, más allá de eso, me parece una buena excusa para hacer algo parecido a lo del otro día con las películas y series: una lista desordenada e incompleta de los libros que más me gustaron. Ya que si sólo hay que poner 10 la nómina nos queda un poco corta, pongamos 23, que ya que el día del libro es el 23 de abril, que nos sirva para algo el numerito (aunque verán que en algunos casos hago trampa).

Acá va (como no están en orden, los pongo un al lado del otro, que dan menos idea de jerarquía -y seguro me estoy olvidando de varios...):

(1) Rayuela, de Cortázar (y tantos de sus cuentos). (2) Los detectives salvajes, de Bolaño. (3) El Quijote, de Cervantes. (4) Nueve cuentos, de Salinger. (5) Historia argentina, de Fresán. (6) Cien años de soledad, de García Márquez (y El amor en los tiempos del cólera, y El coronel no tiene quien le escriba). (7) Ficciones y El Aleph, de Borges. (8) El sueño de los héroes, de Bioy Casares. (9) París era una fiesta, de Hemingway (y Fiesta). (10) El largo adiós, de Chandler. (11) Cuarteles de invierno, del Gordo Soriano. (12) Crónicas del Ángel Gris, del Negro Dolina. (13) La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. (14) Los sorias, de Alberto Laiseca. (15) Flores robadas en los jardines de Quilmes, de Jorge Asís. (16) Respiración artificial, de Ricardo Piglia (y El último lector). (17) Una antología de cuentos de Jack London titulada, simplemente, Cuentos. (18) Otra antología, una de las tantas de cuentos de Edgar Allan Poe titulada Narraciones extraordinarias. (19) Los siete locos, de Arlt (y Los lanzallamas, y El juguete rabioso). (20) Puras mentiras, de Juan Forn. (21) Los adioses, de Onetti. (22) El arpa de hierba y Tres cuentos, de Truman Capote. (23) El Gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald.

Se aceptan incorporaciones, críticas, pedidos de retractaciones y donaciones monetarias.

miércoles, 22 de abril de 2009

No me gustan los microrrelatos

1

No me gustan los microrrelatos, qué le voy a hacer. No les encuentro nada de toda esa fascinación de la que últimamente tanto se habla. O sea, me gustan algunos microrrelatos, como me gustan algunos haikus, como me gustan algunos relatos (no micro) con final sorpresivo, como me gustan algunas comedias románticas de Hollywood. Pero así como si uno toma una "antología de relatos con final sorpresivo", después de leer el tercero ya no quiere leer nada más porque no hay nada más previsible que un final que se sabe sorpresivo; así me pasa si tomo una colección de microrrelatos: después del tercero ya quiero pasar a los relatos de verdad.

En fin, todo esto porque anteayer estuve en la charla inaugural de la Semana de Autor que la Casa de América de Madrid le está dedicando en estos días a Antonio Skármeta. La charla -que contó con la presencia de Rodrigo Fresán, Renata Villoro (que leyó un texto de su hermano Juan) y Randolph Pope, un crítico chileno de nombre anglófono- estuvo dedicada a los cuentos en la obra de Skármeta. Obra que comienza, precisamente, con sus únicos tres libros de cuentos (después publicó cuentos en diversos libros, antologías propias y ajenas, pero nunca más un libro de cuentos propio), el último de los cuales finaliza con un microrrelato que le da nombre al libro: "Desnudo en el tejado".

Dice así: «¿Y qué pretendes? ¿Que viva desnudo en el tejado?».

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Cualquier lector de este blog sabe que soy un gran admirador de Rodrigo Fresán. Su texto hablaba de su historia como lector de Skármeta, al que descubrió en la adolescencia, y mencionaba un microrrelato que escribió cuando era muy chico. Se titulaba "Amnesia" y decía así: «En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme». Me parece divertido. Y es que -me parece- los microrrelatos deben ser divertidos o no ser nada (muchos parecen elegir esta última opción).

Cuando me senté a escribir este post pensaba en simplemente citar estos dos microrrelatos ("Desnudo en el tejado" y "Amnesia") y decir que me gustaron. Pero antes de empezar se me dio por googlear, entre comillas, el texto de "Amnesia"; para mi sorpresa, muchos de los 168 resultados que me arroja el Sr. Google no lo dicen como un chiste, sino que se trata de un mero error, una confusión (tal vez psicoanalíticamente analizable) entre los verbos querer y poder del famosísimo comienzo del Quijote.

Y encontré, también, una contratapa de Página/12 de hace muy poquitos días en la que Fresán también echa mano de su microrrelato de infancia, para hablar no de Skármeta sino de Ana María Shua. Y eso porque en estos días se publica aquí en España su volumen de microrrelatos Cazadores de letras. Fresán elogia a Shua, pero yo no puedo evitar ver en todo el artículo una cierta sorna; bueno, quizá soy yo el que pone la sorna. Y es que recuerdo cuando Cazadores de letras se editó hace varios años en la Argentina, y mereció un sueltito en la Revista Ñ, que transcribía el microrrelato que le daba nombre al volumen, "Cazadores de letras".

Dice así: «¡Huyamos! Los cazadores de letras están aq...»

Recuerdo que el suelto de Ñ terminaba agregando lo siguiente: "Así cualq...". Y yo sentí lo mismo.

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No me gustan los microrrelatos, pero ya que Fresán juega con variantes del dinosaurio de Monterroso, me voy a permitir yo hacer lo mismo para cerrar este post. Microrrelato basado en un hecho real. Lo podríamos titular "Skármeta":

«Cuando llegué, Skármeta todavía estaba allí.»

Cuando llegué a la Casa de América, quiero decir, y Skármeta estaba allí, en la entrada, al lado mío, los dos casi solos, él sin saber muy bien por dónde debía acceder, y ya habían pasado algunos minutos de la hora pactada para comenzar la charla. Sí, ya sé que si tengo que explicarlo no tiene sentido. Es que no se me dan bien los microrrelatos. Está bien, tienen razón, me dedicaré a otra cosa...

martes, 21 de abril de 2009

Welcome to Rockyland

1

Hace un par de años, cuando se estrenaba Rocky Balboa -también conocida como Rocky VI- unos compañeros de trabajo -más o menos de mi misma edad- la fueron a ver al cine. "Sabemos que va a ser mala, pero ¿cómo no ir a verla? ¡Es Rocky!". Yo pensaba un poco como ellos: es Rocky... pero no me motivaba lo suficiente como para ir al cine. Quizá era miedo a desilusionarme demasiado. Tal vez simple desidia. No lo sé.

Hace unos meses vi John Rambo, también conocida como Rambo IV. Y me pareció realmente muy mala. Pero muy. No sólo innecesaria, sino también mal hecha, cortita, sin sentido. Hecha como cuando te obligan a hacer algo y lo hacés sin ganas, así nomás, sin que te importe el resultado. Aunque hay un detalle: el final de la peli, que se parece al comienzo de la primera y, se ve, tiene el objetivo de cerrar la historia.

Lo comenté con mi hermano, y él me dijo: "Rocky VI a las Rocky es más mala que Rambo IV a las Rambo". Mierda, entonces tenía que ser mala en serio.

Pero es Rocky, como habían dicho mis compañeros, y había que verla. Y la vi hace unos días.

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Me sentí como si de nuevo tuviera doce años. Vi las primeras cuatro películas cuando era chico, en los 80, y veía y sufría cada una como si fuera la realidad, como sólo se viven las cosas en esa época, como si a Stallone le doliera cada golpe que Rocky recibía. Es más: como si Stallone no existiera y la única realidad fuera Rocky. Y ese tipo medio bruto, pobre y humilde que consigue todo a base de esfuerzo y aguante se convirtió en un verdadero ídolo para mí, y junto conmigo para tantos de mi generación. Rocky es una de las más grandes historias de nuestros tiempos.

Por supuesto: en aquellos años no tenía la menor idea sobre cuestiones políticas, la burda propaganda yanqui de Rocky IV ganándole al ruso en Moscú el día de navidad, etc., etc. Era Rocky, el ídolo, y nada más.

El ídolo que luego se dedicaba a entrenar a otro en la quinta parte, un Rocky que ya no pelea, una peli que tiene emoción pero que no es nada comparable a las otras. Y esa la vi ya de adolescente, tendría 14 ó 15 años, fue distinto, fue otra cosa.

Y Rocky VI también fue otra cosa.

[Antes de seguir leyendo, recomiendo darle al play:]


Upload Music


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Porque el poco boxeo que consumí por TV fue en esa época, cuando fui un poco mayor, en los 90, y ese boxeo ya no tenía nada que ver con las peleas de Rocky. No sólo porque dejó de haber carnicerías sobre los rings, sino porque además comenzaron a escasear los ídolos, los grandes luchadores, y ya no hubo chicas que pasaran medio desnudas con el cartel del número de round, y el negocio fue absorbiendo los pocos resquicios que le quedaban por llenar. Y como igual somos así de tercos y buscamos lo que ya no hay donde sabemos que ya no hay, seguimos viendo boxeo, y el show que arman los yanquis, y el presentador que estira las vocales al decir los nombres de los púgiles, y las transmisiones de HBO...

Y de pronto el boxeador retirado que quiere su capítulo final. Como si entendiera que Rocky debe irse peleando, como un grande, no entrenando a otro, no pegándole a un tránsfuga en la calle. Porque nada se acaba hasta que se acaba. Y Stallone, como hizo con Rambo, quiere dar señales de cierre de historia. Rocky adopta un perro, recuerda a los muertos de la saga, entrena pegándoles a reses en el frigorífico, sube corriendo las míticas escalinatas de Filadelfia...

Y entonces todo se suma y se consuma: el show del box moderno con Rocky, con una pelea de Rocky, la imagen de cualquier pelea de hoy en día con el sonido de la campana que da comienzo a "Going the Distance", una de las canciones más emblemáticas de la extraordinaria banda sonora de la saga. Y el relator que dice "yo era fan de Rocky Balboa cuando era niño, no puedo creer que esté a punto de comentar una pelea suya", y todos sentimos lo mismo.

La pelea no es creíble, claro, pero nada es creíble, y a la vez todo lo es. Porque es Rocky, y aguanta como todos queremos aguantar todos los golpes de la vida, y luego contragolpear, aunque nadie crea en nosotros, empezar a tirar manos, una atrás de la otra, y demostrar lo que valemos, que los fanfarrones y los cancheros retrocedan y dejen la sonrisa socarrona para decir "mierda, éste también pega", y que el público se enardezca, y que uno de los relatores, sorprendido, confuso, excitado, exclame: "Welcome to Rockyland!". Bienvenidos a Rockylandia.

Para dejarse llevar a Rockylandia es fundamental hacer ya no sólo una suspensión de la incredulidad, como pedía Coleridge, sino también de la intelectualidad. Para películas sesudas y que te dejan pensando, agarrá otros títulos. Pero si fuiste niño en los 80 y creciste viendo cómo se pegaba con Apollo, con Mr. T, con Ivan Drago, y cómo resurgía de las cenizas, y cómo los humildes les pueden ganar a los prepotentes y engreídos, si soñaste con formar parte de ese público enfervorizado que grita "¡Rocky, Rocky!", si viviste todo eso y hoy querés sentirte más o menos igual, con las lágrimas en los ojos, mirá Rocky VI. En Rockylandia siempre se puede volver a ser un niño y a tener ídolos invencibles.


domingo, 19 de abril de 2009

Manifestación anti-transgénicos en Zaragoza: algunas fotos

Ayer estuve junto a mucha gente amiga en la manifestación anti-transgénicos que se realizó en Zaragoza. Fue allí porque la Comunidad de Aragón (cuya Junta está en esta capital) es la que más plantaciones de transgénicos posee en toda España, y España es el único país europeo que permite los cultivos transgénicos a gran escala. Fuimos unas 5.000 personas; nos reunimos frente a la Facultad de Medicina y Ciencias:


Hubo gente de lo más variada. Se destacaba la presencia de muchos campesinos, que son los más grave y directamente afectados por las actividades y los negocios de las grandes multinacionales. Hubo gente (como ésta, de Greenpeace) con carteles en castellano...

... y también hubo vascos...

... catalanes...

... gallegos...

... y creo que este cartel está en francés (pero no estoy seguro; había franceses pero no sé si son ellos, si alguien lo sabe y me lo puede confirmar, se lo agradeceré)...


Estos dos campesinos leyeron el manifiesto anti-transgénicos, al final de la movilización:


Y aquí, una imagen del inicio de la desconcentración. De fondo, la basílica del Pilar, uno de los atractivos más importantes de Zaragoza.

viernes, 17 de abril de 2009

Nacimiento

«No se sabe nunca cuándo se nace: el parto es una simple convención. Muchos mueren sin haber nacido; otros nacen apenas, otros mal, como abortados. Algunos, por nacimientos sucesivos, van pasando de vida en vida, y si la muerte no viniese a interrumpirlos, serían capaces de agotar el ramillete de mundos posibles a fuerza de nacer una y otra vez, como si poseyesen una reserva inagotable de inocencia y de abandono.»
Juan José Saer, El entenado

jueves, 16 de abril de 2009

Cuentos y novelas, novelas a secas

Random House Mondadori acaba de lanzar un concurso (por sorteo, nada de peripecias literarias) cuyo premio son 365 libros. Para participar sólo hay que registrarse en su web. Al hacerlo, te piden que respondas una encuesta: "¿Qué te gusta leer? Puedes marcar cuantas opciones desees. Tendremos en cuenta tus preferencias de lectura a la hora de darte el premio".

Las opciones, tal como se puede ver en la imagen, son:

-Novela histórica.
-Novela policíaca.
-Best sellers internacionales.
-Autoayuda.
-Biografías y memorias.
-Cómics y novela gráfica.
-Libros infantiles.
-Novela de aventuras.
-Novela romántica.
-Literatura clásica.
-Ensayo.
-Poesía.
-Juvenil.

¿Y dónde están los cuentos y las novelas, las novelas a secas? ¿Dentro de "Literatura clásica"? Pero yo por literatura clásica entiendo Cervantes, Homero, Dickens, Tolstoi... Y si quiero que me regalen libros de Roberto Bolaño, de Paul Auster, de Richard Yates, de Juan José Saer, ¿qué tendría que haber marcardo?

Ay, los editores...

miércoles, 15 de abril de 2009

Una lista desordenada e incompleta de momentos emotivos y brillantes

Últimamente esto del Facebook me hizo (creo que al igual que a mucha gente) pensar en algunas cuestiones, en particular esos tests y esas elecciones de "tus 5 equipos preferidos", "tus 5 jugadores", "tus 5 escritores", etc. Y la verdad que no soy una persona de hacerme listas ni ránkings personales. El otro día vi que alguien eligió sus 5 películas preferidas, y me puse a pensar qué pelis pondría yo. Y descubrí que no lo tengo claro.

Porque sí tengo claro que no pondría las películas que me parecen las mejores, sino las películas más significativas para mí. Se trata de eso: de una lista personal.

Anoche chateaba con el Fantasma de Belgrano (que fue tan amable de citarme en su concurrido blog) y hablábamos de este tema y le dije que, sin ninguna duda, Volver al futuro estaría en mi lista. Y se me ocurrió un listado desordenado e incompleto de momentos emotivos y brillantes -para mí, quizá sólo para mí- de historias de películas (y alguna serie metida por ahí). El listado fue el siguiente:

1) Cuando aparece el tipo del correo al final de Volver al futuro II y le da a Marty una carta que lo había estado esperando durante 70 años.

2) El final de la saga de Macross en Robotech (capítulo 36).

3) El final de Casablanca.

4) Cuando Renée Zellweger le dice a Tom Cruise: "me bastó con el hola" en Jerry Maguire.

5) El niño gritando "un carruomato vero" en La vida es bella.

6) Los primeros 25 minutos de Rescatando al soldado Ryan.

7) Cuando Forrest Gump le dice a su chica: "No soy muy inteligente, pero sé lo que es el amor".

8) Cuando Jigsaw se levanta al final de El juego del miedo 1.

9) El final de El cadáver de la novia.

10) Cuando pasan la película que filma Boris Karloff con Ed Wood en Ed Wood.

Seguro que después me acuerdo de más. Cuando me acuerde, los publico.

martes, 14 de abril de 2009

Literatura ecuatoriana

Hace un par de meses, no recuerdo por qué, me puse a pensar en la literatura ecuatoriana: qué autor o autores provenientes de ese país conocía. No alguien a quien hubiera leído, sino al menos conocerlo, de nombre, de alguna referencia. Pero no conocía a nadie. No hubo ecuatorianos en el boom de los 60; no los hubo en McOndo, en los 90 [esto es erróneo: sí formó parte Leonardo Valencia de McOndo; gracias, Reygadas]; busqué el apartado de literatura ecuatoriana de la Wikipedia y no reconocí ningún nombre.

Casualmente, un par de semanas después me invitaron a la presentación de un libro de un autor ecuatoriano (que ya mencioné en un post, a cuento de otra cosa). Se trataba de Kazbek, de Leonardo Valencia, un narrador nacido en Guayaquil y afincado desde hace una década en Barcelona. Aquella vez lo acompañaron el colombiano Juan Sebastián Cárdenas y del peruano Jorge Eduardo Benavides.

Más allá de la novela que se presentaba, una obra que se mencionó mucho fue la novela anterior de Valencia, titulada El libro flotante de Caytran Dölphin. Me interesó mucho; la tomé de la biblioteca y la leí en estos días.

El libro flotante... me parece una excelente novela. Planteada desde un presente en el que casi toda Guayaquil ha quedado sumergida bajo las aguas tras una extraña inundación y el narrador cuenta su historia desde un pueblo italiano, la obra da constantes saltos temporales para referir la historia de varios personajes sobrevivientes de la catástrofe y que se ven unidos por un libro, del que queda sólo un ejemplar y que parece determinar y trazar los itinerarios de la vida de todos ellos.

Además, una cuestión interesante: el primer libro de Valencia fue una colección de relatos, titulada La luna nómada, que apareció por primera vez en 1995 y que desde entonces, en cada reedición, ha ido incorporando cuentos. Su autor la considera una "obra progresiva" y afirma que no publicará ningún otro libro de cuentos, sino que todos los cuentos que escriba de ahora en más los irá incorporando en sucesivas ediciones de La luna nómada.

El libro flotante de Caytran Dölphin también es (o fue) una obra progresiva. Cuando lo editó, la Editorial Funambulista habilitó una página web para que los lectores lo ampliaran con nuevos fragmentos del misterioso volumen de Caytran Dölphin... ¿Estarán impresos esos nuevos fragmentos cuando la novela se reedite en papel?

Dos datos, para cerrar. Uno: la próxima edición de la revista Teína incluirá una entrevista a Leonardo Valencia. Y dos: la edición de El libro flotante... de Funambulista se puede vender en cualquier lugar del mundo excepto en Ecuador. Esto es por decisión del propio Valencia. ¿El motivo? Funambulista no tiene buena distribución en ese país (no la tiene en general en América latina) y, en caso de que llegaran, por una simple cuestión de cambio monetario, el libro sería muy caro. Entonces el autor se reserva los derechos de publicación en Ecuador, para poder estar más cerca de los lectores de su país; de la, por llamarla de algún modo, literatura ecuatoriana.

lunes, 13 de abril de 2009

Hay que decirles NO a los transgénicos

Como si se hubieran puesto de acuerdo -y seguramente unos no tenían ni idea de las planes de los otros- hoy la oficina española de Greenpeace y el diario argentino Página/12 dan una voz de alarma en contra de los alimentos genéticamente modificados: los transgénicos.

Greenpeace España comienza hoy en Barcelona una serie de actividades que llevará a varios de sus miembros por diferentes lugares del país para concientizar a la gente y exigirle al gobierno una política clara en relación con este tema (lo cuentan en un blog). España es el único país europeo que admite el cultivo de transgénicos a gran escala.

Página/12, en tanto, lleva hoy como nota de tapa un informe que ojalá genere las repercusiones y el debate que se merece: el primer estudio sobre el efecto del glifosato en embriones, realizado por el Conicet. El glifosato es el agrotóxico básico de la industria sojera; su marca comercial más conocida es Roundup, producida por la gigantesca multinacional Monsanto.

Las conclusiones del análisis son devastadoras: la sustancia "produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura". Esta posibilidad viene siendo denunciada desde hace una década por poblaciones indígenas y campesinas, y siempre la respuesta de los sectores beneficiados por el uso del veneno (los grandes productores del campo, Monsanto y las otras megaempresas que comercializan estos productos y sectores del gobierno tanto nacional como de las provincias donde se cultiva soja) fue que no había "estudios serios" al respecto. Ahora lo hay.

Para darle la real trascendencia que el tema amerita, hay que decir además que el sistema es perverso y no que se queda en lo meramente sanitario (como si fuera poco), sino que además contribuye al aumento de las desigualdades socioeconómicas.


La explicación es sencilla: el glifosato mata (arrasa con) toda la hierba que nace de la tierra y que no sea soja transgénica, es decir, soja modificada genéticamente. ¿Y quién la modifica? La propia Monsanto. Esto convierte a los productores sojeros en virtuales esclavos de Monsanto, que se ven obligados a comprarle a esta empresa los granos patentados y luego también la sustancia que le permite vivir. Quienes no se someten a Monsanto, no pueden escapar de sus tentáculos: quiebran y deben vender sus tierras a los grandes latifundistas, acrecentando las inequidades.

Recomiendo especialmente la esclarecedora película Hambre de soja, que retrata la angustiante situación del campo argentino (el campo real, no confundir con los grandes productores que aparecen en televisión) en este sentido. Y también el "chiste" de Quino que copio aquí al lado (click en la imagen para agrandar).

sábado, 11 de abril de 2009

Terminantemente

¿Qué diferencia hay entre prohibir algo y prohibirlo terminantemente?


Si alguien lo sabe, que por favor me desasne.

viernes, 10 de abril de 2009

Colgados de la campana

Lo que quiere hacer el gobierno argentino es una barbaridad, se lo mire por donde se lo mire: obligar a que sus gobernadores e intendentes se presenten como cabezas de listas para puestos legislativos que jamás llegarán a asumir.

¿Es que nos toman a todos por idiotas? ¿O es que saben que no somos todos idiotas e igual les importa un carajo?

La frase que resume el grado de obsecuencia y sumisión de estos dirigentes es la de Daniel Di Sabatino, intendente de San Vicente: "Si es necesario ser portero de escuela, vamos a salir colgados de la campana". ¿Esto es lo que quieren los vecinos de San Vicente de su mandatario? Se les pide una inmoralidad, un mamarracho, una desfachatez, una falta de respeto contra los ciudadanos, una estafa, un atentado contra la constitución, contra el sentido de las elecciones y de la democracia. Y ellos orgullosos de obedecer. Obediencia debida.

¿Es que nada importa? ¿Todo vale? ¿Se puede hacer cualquier cosa con tal de ganar? Después en el fútbol nos indignamos porque los alcanzapelotas desaparecen y los balones no regresan al campo cuando el equipo local va ganando. ¿Qué se puede esperar de un país cuyos máximos dirigentes son tahúres?

Estoy indignadísimo.

miércoles, 8 de abril de 2009

A media asta

El viernes pasado estuve (por primera vez) en la embajada argentina en España, ubicada en el 21 de la calle Pedro de Valdivia. La bandera de la calle estaba a media asta, como parte del duelo por la muerte de Raúl Alfonsín.



sábado, 4 de abril de 2009

Papá

«El colegio de Julián está a cinco cuadras de la que en esa época fue mi casa. Mientras en la radio del taxi sonaba un pop latoso me sonreí pensando en cuánto me gustaba ir a buscarlo y caminar con él. Nos hacíamos chistes y nos contábamos cosas y Julián encontraba siempre una forma distinta de provocarme (durante una semana completa intentó hacerme caer trabándome desde atrás con un pie).

Pero este era un día especial: Julián va a actuar en una obra de teatro.

[...]

Me encantaba dormirlo. Lo primero que hacía cada mañana al despertarme era ir a verlo. Muchas veces almuerzo y ceno en restaurantes y los ojos se me llenan de lágrimas pensando cuánto me gustaría comer con él, o cocinarle. Me pasa lo mismo cuando veo en televisión algún dibujito o algún programa que le gustaría ver conmigo, y a mí con él. Desde que Diana y yo nos separamos casi no he comido dos días seguidos a la misma hora. Cada anochecer pienso si ya se habrá bañado, si se habrá puesto el pijama y si no le hará demasiada falta que yo esté allí.

Estoy acá.

Julián me ve, levanta la mano y me saluda. Estoy acá. Aun así, seguirá buscándome con la vista de tanto en tanto. Y en algún momento caminará hasta el centro del escenario y dirá una frase que me hará llorar.»

Sergio Bizzio, Era el cielo

jueves, 2 de abril de 2009

Puerta de Hierro, la casa de Perón

Esta mañana estuve -junto con mi amigo FM- en la calle Navalmanzano, el lugar mítico donde hace algunas décadas se alzó la quinta 17 de Octubre, que fue residencia de Perón durante varios años entre mediados de los 60 y 1973, cuando regresó definitivamente a la Argentina.

De la casa ya no queda nada, como lo explica el periodista Fernando Pittaro en esta nota. Nosotros no lo sabíamos, fuimos con pocas referencias: apenas la dirección y nuestros conocimientos previos. Nos tomamos el colectivo 133 en la plaza de Callao (como nos había indicado la web del sistema de transportes de la ciudad) y nos bajamos a cien metros de la calle.

La calle Navalmanzano (un camino curvo de unos trescientos metros, que nace y muere en la calle Fuentelarreyna, es decir, hace esquina dos veces con ella) es una zona residencial, llena de enormes mansiones y de embajadas, como las de Túnez y Costa de Marfil, además de la residencia del embajador ruso. Los autos carísimos se amontonan junto a los cordones de las veredas. Y casi no se ve a nadie caminando por allí.

La dirección que teníamos era Navalmanzano 6. Al llegar descubrimos que hay una dirección Navalmanzano 6, pero además una 6 A y una 6 B. Y luego de dar una vuelta tuvimos la oportunidad: un vecino que salía de su casa, a quien le dijimos que estábamos buscando la casa en la que vivió Juan Domingo Perón.

Nos contó que estuvo allí, al lado de la casa de la que él acababa de salir, y que el terreno se extendía hasta casi el final de la calle, "tenía unos 9.000 metros cuadrados", dijo. Que los terrenos fueron parcelados y vendidos, y que su comprador fue Jorge Valdano, quien se reservó la dirección. El vecino nos dijo que Valdano los compró "hace 12 años". Es posible que haya sido efectivamente en 1997; el artículo de Pittaro no consigna la fecha de esa transacción, sino sólo la de que Isabelita vendió la propiedad en 1989. Y nos dijo que la casa (FM tenía una pequeñísima foto de la edificación impresa en blanco y negro) fue derruida hace muchos años.



Después tocamos timbre en Navalmanzano 6. Nos atendió desde la puerta de la mansión, a unos veinte metros del portón de la calle, una mujer que seguramente era la empleada doméstica y nos preguntó qué queríamos. Le dijimos que éramos periodistas y estábamos buscando la casa en la que había vivido Juan Domingo Perón. Nos respondió que ella no lo sabía. Le hicimos alguna otra pregunta y volvió a decirnos que no sabía nada. Le dimos las gracias y nos fuimos. No quisimos preguntarle si allí es la casa de Jorge Valdano, nos pareció un poco intrusivo; quizá tendríamos que haberlo hecho.


Después cruzamos la carretera de El Pardo (la que lleva al Palacio de la Zarzuela y a la antigua residencia de Franco) y nos tomamos el 83, que nos llevó de regreso a la urbe. Mientras atravesábamos el puente peatonal, yo no dejaba de asombrarme que estuviera tan pero tan cerca, ahí nomás, del campo deportivo municipal donde juego al fútbol todas las semanas desde hace siete meses.

miércoles, 1 de abril de 2009

Alfonsín

En junio de 1997, Raúl Alfonsín sufrió un grave accidente, al que sobrevivió casi por milagro. Es difícil establecer en qué medida, pero los analistas coinciden en que el hecho (el accidente y la posterior recuperación del ex mandatario) supuso una ayuda para el triunfo de la Alianza (UCR-Frepaso, ¡qué viejo suena!) en las elecciones que se celebraron en octubre de ese año.

En aquel momento, Clarín preparó un suplemento especial como homenaje/obituario a nuestro primer presidente posterior a la última dictadura (que no primer presidente democrático, como dicen muchos medios extranjeros). La pudo usar hoy, casi doce años después. Curiosamente, falta menos que entonces para una elección (poco menos de tres meses, aquella vez faltaban cuatro). ¿Será Alfonsín una especie de Cid Campeador, ganando elecciones más allá de la muerte?

Winston Churchill dijo alguna vez que "la democracia es el peor de los sistemas políticos, exceptuando a todos los demás". Me recuerda a Alfonsín y a todas las críticas que le hicimos. Quizá haya sido el peor presidente desde la recuperación constitucional, exceptuando a todos los que vinieron después...