martes, 31 de enero de 2006

La literatura pequeña no existe

Miguel Wiñazki publica hoy en Clarín.com un texto excelente sobre el arte de escribir, y sobre la importancia que los grandes escritores -los de raza, los de verdad- les dan a sus escritos, sean éstos su novela cumbre o una pequeña columna en un periódico. El CTF adscribe a cada una de las palabras de la nota, que comienza narrando una famosa anécdota de Borges y Bioy:

"Cuenta Adolfo Bioy Casares que en 1937, su tío, uno de los dueños de la tradicional lechería La Martona, le pidió que escribiera un folleto sobre la leche cuajada y el yogur a cambio de 16 pesos por página. Bioy le propuso entonces a Jorge Luis Borges que lo escribieran juntos. Cuenta Bioy que efectivamente lo escribieron en el comedor de su estancia, mientras crepitaban las ramas de eucalipto en la chimenea. Y cuenta también que aquel folleto significó para él un valioso aprendizaje. Confiesa que después de su redacción 'era otro escritor, más experimentado y avezado'.

Intenté encontrar sin éxito ese folleto de autoría extraordinaria. De todos modos el asunto deja algunas enseñanzas interesantes. Para los grandes escritores, no existe la literatura pequeña. La palabra merece respeto allí donde se la escriba y la tarea de escribir mejora a quien la practique con conciencia absoluta y absoluta dedicación."

Leer nota completa: El folleto de Borges de Bioy

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdón Cristian, yo sé que no soy ducha en la tecnología, seguro que TODOS saben más que yo. Me siento avergonzada por mi ignorancia, pero no puedo ver la nota completa del folleto, y me encantaría leerla. No creo, bajo ningún punto de vista, que esté mal linkeado.
soy yo, soy yo.

Cristian Vázquez dijo...

Je je je... Fui yo, Maia. Estaba mal linkeado. Me había olvidado de sacarle unos odiosos paréntesis. Ahora ya está bien. ¡Y dejá de flagelarte así, che!

Anónimo dijo...

Ay, ay, ay, como me duele...

Anónimo dijo...

Maravillosa la nota. Mi felicitación a su autor.
(Si mal no recuerdo tengo entre mis escasos papeles una nota de La Nación en la que habla de esta anècdota y, si mal no recuerdo, transcribe algo del folleto. Lo buscarè).
Abrazo,
RM.

RAEL (Mario De los Santos) dijo...

acabo de leer lo de wiñazki. excelente. hace un tiempo darío gallo en su blog reprodujo unas palabras de lanata que señalaba esto de la "firma de mi nota" como objetivo primordial: todos quieren editorializar en the new york times antes de enterarse que "sujeto y predicado" no es un señor rezando. y hubo una catarata de comentario que decían de lanata de todo menos gordo. mucho orgullo tocado me pareció ver. bah, creo yo. y eso no garantiza nada.

Sergio San Juan dijo...

y de los signo de puntuación ni hablar.
volviendo a borges y bioy, seis problemas para don isidro parodi, muestra como se puede escribir con humor, casi a las carcajadas como lo hacían ellos, y hacerlo maravillosamente bien. cuidando cada adjetivo, cada adverbio, cada puntuación.
lo de lanata es cierto, se escribe como si nunca se hubiera leído, aunque sea a uno mismo y en voz alta. aunque a veces al ego del gordo dan ganas de contestarle para joder nomás.

Anónimo dijo...

Cristian:

Todavía no puedo leer la nota.
Aparece tapada con los títulos de Clarín!!!