domingo, 8 de enero de 2006

Dolor por la muerte de Garrafa Sánchez

Era un jugador de buen pie. Siempre hablaban de él los que se jactan de que les gusta el fútbol que le gusta a la gente. Según sus defensores, ése era el motivo por el cual no tenía lugar en el Banfield de Falcioni, que llegó a los cuartos de final de la Libertadores del año pasado. Alejandro Dolina profesaba una profunda admiración por él.
Garrafa Sánchez estuvo dos días en coma y con muerte cerebral, porque quiso hacer willy con la moto y terminó chocando su cabeza sin casco con un cantero de su casa.
A los 21 años había tenido una chance en Boca, pero Bilardo no lo quiso porque iba a las prácticas en moto.
A los 31, esta tarde, murió.
Su viuda está embarazada de 5 meses.
El fútbol, de luto.

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