Era un jugador de buen pie. Siempre hablaban de él los que se jactan de que les gusta el fútbol que le gusta a la gente. Según sus defensores, ése era el motivo por el cual no tenía lugar en el Banfield de Falcioni, que llegó a los cuartos de final de la Libertadores del año pasado. Alejandro Dolina profesaba una profunda admiración por él.
Garrafa Sánchez estuvo dos días en coma y con muerte cerebral, porque quiso hacer willy con la moto y terminó chocando su cabeza sin casco con un cantero de su casa.
A los 21 años había tenido una chance en Boca, pero Bilardo no lo quiso porque iba a las prácticas en moto.
A los 31, esta tarde, murió.
Su viuda está embarazada de 5 meses.
El fútbol, de luto.
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