lunes, 9 de enero de 2006

Alejandro Dolina habla de Garrafa

Este texto lo publicó Olé hoy:

La muerte de José Luis me golpeó profundamente, me dolió. Fue un domingo muy triste de verdad para mí. Tanto mis hijos como yo lo admirábamos mucho a Garrafita, sentíamos cariño por él, por su forma de ser, jugar y sentir al fútbol. Lo conocí a través de la tarea periodística, pero a pesar de la mínima relación que tuvimos, lo quería. Era un chico especial, distinto del resto. Tomamos algunos cafés juntos y me regaló un par de camisetas. Se podría decir que José Luis era el jugador que mis hijos y yo habíamos elegido para querer. Nos caía muy simpático siendo como era: un futbolista extraordinario, postergado por la forma en que se maneja al fútbol. El no seguía las reglas. Juro que estoy desolado, como si le hubiera pasado a un familiar mío. Era el jugador por el que más afecto sentía, el que me generaba un cariño distinto. Como persona era despierto, muy inteligente, sin necesidad de que esa inteligencia tenga un título universitario. Y aparte se mantenía lejos del casete habitual de los demás, era un pibe muy genuino. En este momento, siento una especie de sensación vulgar difícil de describir. Me pongo a pensar: "¿Por qué no le pasó a uno de los tantos ingratos que hay por ahí?". Pero bueno, son sólo sensaciones, cosas que uno siente. Lamentablemente, el destino es así, no sigue ninguna ética, no tiene normas. Sólo ocurre. A Garrafita lo adoraba. Este es un momento muy duro.

2 comentarios:

RAEL (Mario De los Santos) dijo...

a mí, de todas maneras, me cuesta mucho ser indulgente con su actitud, que lo conduce a la muerte a él mismo, pero que tranquilamente podría haber afectado a terceros. así como han muerto muchos a manos de irresponsables que corrían picadas.
y no hablar del hijo en camino.
le aplaudo a garrafa, sus jugadas, su picardía con la pelota en los pies.
lamento su muerte. pero me cuesta no putearle a garrafa haberla querido desafiar sin ninguna necesidad (aunque ya sabrán qué decir los psicólogos de quienes hacen willy sin casco).
digo esto en función de la indulgencia con la que se suele coronar a los ídolos.
hay quienes le aplauden a charly garcía sus saltos al vacío con casi la misma emoción que sus opus más logradas.
"es un capo" se dice. o se desliza un "está loco", pero con un brillo en los ojos que delata el metamensaje: "está loco como todos los genios, porque todos los genios están locos y yo lo banco haga lo que haga".
cuando la admiración anda a piloto automático, se convierte en idolatría, que algunos adornan con la palabra "pasión" para justificar lo que no tiene justificación. y se abandonan a una religión pagana que no me convence nada. como cualquier religión.

Anónimo dijo...

Es lo que yo digo, Rael. Cada día tenemos un Cromañon.