jueves, 8 de diciembre de 2005

Tan sólo una libreta de apuntes

Cuando -luego de muchísimo insistir- logré convencer a mi amigo Saúl Sabatini, el Poeta de la Calle Lieja, de que efectivamente los lectores de este blog querían volver a leerlo, me dijo que lo acompañara, me invitó un café en el bar Bogavantes, se sentó frente a mí, sacó un cuaderno Éxito de tapas amarillas y una birome azul y se puso a escribir. Diez minutos después arrancó la hoja, me dijo "que te aproveche" y se fue. Había escrito este poema:


El rigor de la muerte se apresura a envanecer nuestros fracasos
se despide poniéndote una mano sobre el hombro
y te dice: "estás liquidado, muchacho"

En otra mesa, alguien vierte coca-cola en un vaso sólo para usarlo como cenicero
cada mujer habla de cómo están vestidas las demás
incluso ellas mismas
y algunas dejan rouge en las copas
para besar a los mozos
de puro histéricas

Leo por allí que los envoltorios del pasado son siempre más bellos que lo que contienen
¿cómo serán los cementerios del futuro?, le pregunté alguna vez
y me dijo:
estarán llenos de nosotros

Son los riesgos, las reglas del juego
la vida no es un libro
sino tan sólo una libreta de apuntes

(6-12-05)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que extrañas las mujeres del bar Bogavantes! Será acaso que beben con los ojos y así manchan con rimel las copas? Y más extraño aún lo de los besos!
Bien por ese bar, donde todo es posible!!

Anónimo dijo...

Acabo de darme cuenta que Sandra hizo referencia a lo mismo en su comentario. No fue mi intención ser tan poco original.
Besos
Ah! soy Luz Azul

Cristian Vázquez dijo...

Qué malas que son, señoritas. Mi amigo Saúl Sabatini, el Poeta de la Calle Lieja, puede tener errores, al igual que todo el mundo. Quiso decir, evidentemente, rouge. Y esperando que esto no se entienda por censura -como andan acusándome por allí- procederé a corregir el involuntario error de mi amigo.
Ah, y una cosa más: efectivamente, todo es posible en el bar Bogavantes.

Anita dijo...

Parece ser que su amigo el poeta, de mujeres no sabe mucho, entonces...

Cristian Vázquez dijo...

Anita: Le voy a transmitir su comentario a mi amigo. No creo que sepa nada, porque no lo vi desde entonces, y nunca lee el blog. Se va a poner mal cuando se entere de que andan diciendo que no sabe mucho de mujeres...

Anónimo dijo...

Mi querido Sabatini,
sin ánimos de ofender,
ha inspirado mi delirio
y se lo haré conocer:



Aquejaba a Sabatini,
tamaña confusión,
portaba medias en la cabeza
y rouge en el corazón

allí albergaba los besos
de señoritas correctas,
que tiñen sus labios claros
del color de las frambuesas.

Cuando ellas lo abandonaban
triste se ponía el poeta,
y escribía en el bar Bogavantes
las poesías más inciertas.

Saúl a veces se cruza,
con algún triste caballero,
que reconoce en sus versos
dolores de amores yerros.

Toman tal vez una copa
y se cuentan sin hablar,
los desengaños sufridos
que nadie puede evitar.

Cuánto tendrán en común
estos extraños personajes,
que transitan por nuestra vida
sin siquiera pagar peaje.



Desde ya, le digo mi amigo
que quiero volver a leerlo,
y disculpe si me atrevo
a "versear" sin saber hacerlo.