lunes, 14 de noviembre de 2005

Pequeñas anécdotas sobre las instituciones


A ver, paremos la pelota y pensemos un cachito en la situación: el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires acaba de ser suspendido, a la espera de un juicio político que podrá destituirlo. La causa es la tragedia de Cromañón, en la que murieron casi 200 personas.
Excluyamos a los familiares de las víctimas (el dolor no da mayores derechos, lo sabíamos cuando Blumberg, seguimos sabiéndolo ahora), porque eso sería material para otro debate; pero los demás, ¿tenemos que estar contentos?
¿Podemos dejar de ver que todo es una movida política, que esto es posible por el triunfo por amplio margen del macrismo en las elecciones del 23 del mes pasado?
¿Se puede caer con tanto peso sobre el jefe de Gobierno de la ciudad, por una cuestión tan lejana a sus estrictas responsabilidades? Quiero decir, ¿qué porcentaje de la responsabilidad le cabe a Ibarra? ¿Cuánta al productor, cuánta a la banda, cuánta a los dueños del lugar, a los encargados de la seguridad de esa noche, a los inspectores del gobierno que fueron coimeados, al que prendió la bengala, a todos los que prendieron otras bengalas esa noche, a todos lo que festejaron a los que prendieron bengalas? Si en la Argentina todo está mal, si todos coimeamos, si sabemos que no se cumplen las condiciones pero actuamos igual, ¿podemos tirar la primera piedra?

No me interesa defender a Ibarra. Pero me parece que aquí -más que personas- las que peor paradas salen son las instituciones.
Lo peor de la Argentina crece alimentándose del dolor de las víctimas. Y los que pretendemos un país más serio seguimos dando pasos atrás.

1 comentario:

Josie Janeway dijo...

bueno, yo creo que Ibarra tiene responsabilidad porque es el jefe de gobierno...o sea... es como el dueño de un laboratorio farmaceutico, por ejemplo: si la farmaceutica a cargo se manda una cagada en una formula y sale un lote fallado, la responsabilidad va a ser del dueño...tambien de la farmaceutica, pero el dueño no zafa, porque es el dueño y el que pone la firma. Con ibarra igual.
La cosa es que yo tambien creo que es una maniobra política, y que Ibarra es en realidad un chivo expiatorio para dejar a todos contentos, acá siempre necesitamos culpables, culpables y listo, y para eso siempre hay algun infeliz que está a mano y le damos con todo y sin piedad.