viernes, 24 de marzo de 2006

Más de cien pupilas donde vernos vivos

De todos los afiches que vi en conmemoración por el golpe de Estado, este es el que más me gustó, creo que porque incluye mucho de esperanza, eso que hace que no nos cortemos de un tajo las venas.


Los invito a que hagan click en "seguir leyendo", se tomen cinco minutos y escuchen la canción y mientras lean la letra. Me sonaba bien para esta fecha. Y es todo lo que diré al respecto.


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Más de cien mentiras

Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, la lengua, los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.


Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.

Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.

Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre en primavera.

Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
Verónica y cuarto de Curro Romero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.


Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.

Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.

Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes sin nombre, ni ley, ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.

Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.


Joaquín Sabina.

Es cierto, últimamente estoy abusando un poco de cosas sobre Sabina. Pero es porque está acá entre nosotros. Ya se me pasará.

4 comentarios:

Gustavo Molina dijo...

Cris, entré para ver qué habías posteado en estos días tan caros para los argentinos. Y no me defraudaste. Abrazo.

Gaby dijo...

Hola Caballero!
Es cierto, hay muchísimos motivos para seguir estando vivos y tener esperanzas. Pero también es cierto que más de 30000 motivos para no perder la memoria, porque hay gente que sigue sufriendo las ausencias.
Saludos!

Cristian Vázquez dijo...

Sólo por las dudas aclaro, Gaby, que no quise decir lo contrario y que estoy de acuerdo con vos. Yo dije una cosita, nada más, de las tantas que podría haber dicho, y que otros dijeron y mejor que yo. Saludos.

Anónimo dijo...

Vos decís que el afiche incluye mucho de esperanza y la verdad es que eso está muy bueno. A mi me pasó que el 23 a la noche esperando el inicio del 24 todos juntos en Plaza de Mayo, en el acto, a pesar del dolor que se respiraba en el aire, era reconfortante ser tantos recordando, luchando por la memoria, te cargabas de esperanzas. Porque toda lucha implica tener esperanzas, de que las cosas mejoren, cambien, o no se repitan.
Besos.