domingo, 12 de marzo de 2006

De cómo viajamos (2)

Como suerte de epílogo a la triste historia que conté hace unos días sobre los trenes, publico esta foto, tomada ayer. Lo que se ve es un asiento del TALP, el micro en el que suelo viajar desde Florencio Varela a La Plata.


Otro dato es que los medios públicos de transporte me hacen tardar 2 horas para unir esas dos ciudades, que están a 30 kilómetros de distancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No soy habitual pasajera del TALP pero sí del tren, la ex línea roca me transporta desde constitución a mi casa y viceversa. La verdad es que el viaje es una travesía de alto riesgo. He viajado en más de una ocasión en trenes que, como muestra una de las fotografías, llevan gente colgada de todos lados. Entonces tengo que sumar a los apretujones, malas condiciones de los trenes, etc, un nerviosismo tal, que me eleva el corazón a la garganta, pensando que en cualquier momento alguno de los colgados se cae.
Podría seguir describiendo por un buen rato más los maltratos sufridos, pero esto se tornaría interminable.
Seguiré disfrutando del paisaje mientras intento respirar, cosa no tan sencilla cuando una mochila vecina me oprime el pecho contra algún otro pasajero.