lunes, 24 de octubre de 2005

Un momento único en la historia de la humanidad

Supongo que para olvidarme un poco del bajón que significaron estas elecciones, fui al videoclub en busca de alguna película que me levantara el ánimo. Alquilé una que aquí se llamó Tiempo de volver, malísima traducción (como casi siempre) de Garden State, dirigida, escrita y protagonizada por un tipo al que desconocía: Zach Braff.
Lo atractivo era la presencia de la bellísima Natalie Portman, aquella niña que uno aprendió a querer en El perfecto asesino. (Personaje que -además- se llamaba Matilda...)

La película es muy linda. Es una comedia romántica. El 98,5% de las comedias románticas se dividen en:
1) Aquellas cuyo final no me gusta.
2) Aquellas en las que nada me gusta.
En esta, no me gustó el final, pero sí me gustó -y mucho- todo lo anterior. Y me dieron ganas de reproducir un diálogo delicioso. El personaje de Portman invitó a su casa al de Braff. Recién se conocían, y en un momento, cuando están los dos sentados juntos, sobre la cama, se quedan callados, se miran a los ojos, y ella le dice:
—No vamos a besarnos o algo así.
—¿Qué?
—Disculpá. Arruiné todo, ¿no?
—No, no…
—Es que no quiero que nos besemos, ¿sí?
—No. Ni había pensado intentar…
—¡Qué tonta que soy! Es que, solamente… Disculpame. Olvidate de lo que dije, fue una pavada… ¿Sabés qué hago cuando me siento poco original?
—¿Qué?
Ella se levanta y de pronto baila sola y canta, ridículamente.
—Hago un ruido, o algo que nadie haya hecho antes, y entonces me siento única otra vez, aunque sea, no sé, por un segundo.
—¿O sea que nadie había hecho eso antes?
—No. No acá, en este lugar. Fuiste testigo de un momento completamente original en la historia de la humanidad. Es estimulante. Tenés que intentarlo.
—No, gracias.
—Dale.
—No, creo que con eso ya fue suficiente para los dos…
—¡Dale! ¿Qué, sos tímido? Es tu única oportunidad de hacer algo que nadie ha hecho antes, algo que nadie podrá imitar en el futuro de la humanidad. Y por lo menos, te recordarán como uno de los tipos que alguna vez hizo esto… Es eso, nada más.
El muchacho, entonces, mueve un dedo y también emite un sonido sin sentido con la boca.
—¿Cómo estuvo?
—Eh… yo ya lo había hecho.

1 comentario:

Diego Jemio dijo...

Caballero: Nos pusimos románticos...
Vio Entre copas? Se la recomiendo. tambièn tiene diàlogos imperdibles.
Saludos
Diego