martes, 4 de octubre de 2005

Cinema Inferno

El tipo de la derecha todo el tiempo trata de demostrarle a la mujer lo inteligente que es. "Ahí viene tal cosa". "Viste que te dije". "Ah, claro, por eso le había dicho tal otra cosa". La película es El aura, con muchos silencios, muchos climas generados a partir del silencio. El tipo de la derecha los arruina.
A la izquierda, una mina que confunde su balde de pochoclos con un bolillero. Como si de la siguiente palomita de maíz que se fuera a embuchar dependiera la suerte de alguien que pudiera gritar "bingo". Y revolvía los pochoclos, y los revolvía, y los revolvía...
Ir al cine últimamente se torna casi insoportable.
Y encima cuando uno les dice algo, se enojan. "Le estoy hablando a ella, si no te gusta no escuchés", me dice el tipo de la derecha. Y cuando le respondo algo, una mujer desde un par de butacas adelante se dirige a mí:
-¡Sssssshhhhhhtt!

11 comentarios:

Paulafat dijo...

Oye, lo siento por tí. A mí no me pasa eso, yo creo que es por que aquí ya casi nadie va a cine, entonces es muy cómodo. yo disfruto mucho la experiencia, sobretodo en las películas graciosas en las que todo el mundo se ríe a la vez. Lástima que sea un infierno para tí.

Cristian Vázquez dijo...

Bueno, Paula, quizás exageré un poco. No es un infierno literalmente. Pero podría ser mucho mejor, sólo con un poco de respeto y educación.
Gracias por escribir.

Anónimo dijo...

Es cierto. No llega a ser un infierno pero se le asemeja mucho a un purgatorio. Quizás el tipo que todo el tiempo trata de explicar la película no hace más que compensar las muchas veces que, sin darnos cuenta, nos creemos los únicos con la capacidad como para comprender algo y hablamos de ello con los otros como si tuviésemos "la verdad revelada". Pero como a mí no me gusta escuchar murmullos durante las películas les deseo a todos "los tipos de la derecha" que se vayan lo más pronto al cielo.
Saludos.

Cristian Vázquez dijo...

De acuerdo.
Pero los "tipos de la derecha" no van al cielo.
La clase obrera va al paraíso.

Anónimo dijo...

Lamento informarles que la actual clase obrera, en franca extinción, es más conservadora que los empresarios. En pos de conservar sus puestos de trabajo, negocian hasta el absurdo. En los de abajo existen las mismas bajezas que en los de arriba, porque cada cual cuida su huerta. Ah!, ya no son los tiempos de la Semana Roja de 1909 donde una turba enloquecida daba vuelta autos por la Avda. de Mayo, en pos de una jornada de 8 horas!!!
Ahora los anarquistas (¿quedaron?) dicen así: Anarquismo, gracias a Dios...
Pero volviendo al tema :), voto por espacios públicos donde la gente sepa compartir y respetar las libertades de todos. Y eso incluye que no "ensucien con mugre ni con ruido".
Saludos
Sandra

Cristian Vázquez dijo...

Sandra: No confundir "clase obrera" con cualquier empleaducho que ande suelto por ahí. Ojo al piojo.

Anónimo dijo...

1) Ningún trabajador es un "empleaducho", todos pertenecen a la "clase obrera"

2) La suma de ellos forman la actual "clase obrera", repito, en extinción.

3) Lo ideales de antaño se desdibujaron, ni para mejor ni para peor, simplemente "cambiaron"

Desde mi humilde opinión, la actual "clase obrera" es un manojo de trabajadores atados a los grandes esclavos del mundo: el VICIO y el MIEDO.

Sandra

Cristian Vázquez dijo...

Repito, Sandra:
No confundas "clase obrera" con cualquier empleaducho que ande suelto por ahí. Que el árbol no te tape el bosque.

Anónimo dijo...

Los árboles que miro son Ents, y el bosque, el de Fangord.
¿Hasta dónde dejarán avanzar el fuego de Isengard?

Sandra

Anónimo dijo...

Cristian:
Que esto te enseñe que cualquier chiste puede hacer desvirtuar un debate sobre las características de ir al cine en uno sobre la supervivencia de la clase obrera.
Bueh, quizás si hubieras publicado algo sobre la clase obrera no hubieras tenido tantos disertantes.
Facundo

Anónimo dijo...

¡Chichi!, te paso un chistecito, pero OJO, a no tergiversar.
Un boliviano estaba en Buenos Aires observando El Obelisco; en eso se acerca un porteño:

"Che bolita, ¿qué hacés, boludo?"

"Estoy mirando El Obelisco".

"Sabés una cosa, bolita, este Obelisco es un Monumento a la Verga de mi padre".

El boliviano se queda observando admirando El Obelisco; saca una cinta métrica y comienza a medir el diámetro. Otra vez se acerca el fanfarrón con ganas de joder:

"¿Y ahora qué hacés, bolita?"

"Estoy midiendo la concha de tu madre".