domingo, 11 de septiembre de 2005

El juicio de la Historia

1
-Quedó opacado el día del Maestro -me dijo ayer una maestra.
-¿Porque cae domingo? -pregunté yo, ingenuamente.
La respuesta no tenía nada que ver el domingo. El día del Maestro -según ella- quedó opacado por los atentados de 2001, cuando unos aviones fueron misiles y las torres gemelas, primero chimeneas y luego escombros.
¿Quedó opacado?
Mi primera reacción fue decir que depende de nosotros, los ciudadanos, que la presión general -de los medios y del poder- no nos impongan su agenda y su pensamiento único y su calendario escolar. Pero claro, cómo hacer para que no lo hagan es la cuestión.
Y me acordé, como siempre en estos casos, de Salvador Allende.

2
Esta semana, en una clase de la maestría, surgió un pequeño debate (pequeño porque no hubo lugar para que creciera mucho más) por algo que nos dijo Ricardo Rouvier: que los atentados del llamado 11-S no cambiaron el mundo. Muchos se enfervorizaron para decir que sí, que el mundo había cambiado, que el mundo es otro.
Pero yo coincido con Rouvier en que no hubo cambios estructurales. Que no se puede comparar este hecho con episodios que realmente cambiaron el mundo, como las guerras mundiales o, más recientemente, la caída del Muro de Berlín y el bloque socialista. Lo cual no significa que se le reste importancia a los atentados: para nada. Yo creo que con los atentados comienza el siglo XXI, como para la Argentina comenzó con los saqueos y el cacerolazo y la caída de De la Rúa y la matanza en la Plaza de Mayo tres meses después. Pero démosle la magnitud correcta.
Es cierto: desde septiembre de 2001, el mundo es un poco peor de lo muy malo que ya era.
Yo pertenezco -no me avergüenza decirlo- a esa porción de la sociedad que cuando se enteró de que por fin les habían mojado la oreja a los yanquis, no pudo evitar sentir íntimamente algo parecido a la satisfacción. Aún a sabiendas de que nada bueno podía esperarse luego del ataque.

3
Para mí, el 11 de septiembre se relaciona con una tragedia no de 4 años atrás, sino 32. Un día como hoy, en 1973, Salvador Allende era derrocado en Chile, por un golpe elucubrado en las oficinas de la CIA.
Depende de nosotros, sí, qué fecha es más importante, qué recordamos.
A todos los maestros, Feliz Día.

Escuchar Yo pisaré las calles nuevamente, el homenaje de Silvio Rodríguez al pueblo chileno que creyó en la vía democrática al socialismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido amigo:

Felicitaciones por el blog. Fantástica la reflexión sobre el 11 de septiembre. Ayer, casualmente, un amigo me dio Oliverio para que pudiera leer tu nota sobre la Fabricación de Recuerdos. Ese mismo día, ese mismo amigo me prestó "Otras Inquisiciones". Lo primero que leí, por ¿azar?, fue "El Pudor de la Historia". Hoy, al entrar al blog, lo primero que leo es lo del 11 S. Una conjunción genial y estimulante.
Termino felicitando de vuelta y citando: "Desde aquel día han abundado las jornadas históricas y una de las tareas de los gobiernos ha sido fabricarlas o simularlas, con acopio de previa propaganda y de persistente publicidad. Tales jornadas (...) tienen menos relación con lahistoria que con el periodismo, yo he sospechado que la historia, la verdadera historia,es más pudorosa y que las fechas esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas"
Saludos,
Del otro lado del tapial..
RM.-

Anónimo dijo...

Por cierto, ¿la canción no es de Pablo Milanes?. Seguro que es él quien la canta.

Cristian Vázquez dijo...

Sí, la canción es de Pablo Milanés. Me confundí porque la versión que yo incluyo acá es del recital de Silvio Rodríguez en la Argentina en 1985. Pero ciertamente el que canta es Pablo. Muchas gracias por la aclaración.