miércoles, 29 de noviembre de 2006

Ricardo Romero presentó "Tantas noches como sean necesarias"

Anoche en Bartolomeo (Mitre 1525) Ricardo Romero presentó Tantas noches como sean necesarias, su segundo libro y el primero de relatos, luego de su novela Ninguna parte. Estuvo bien la presentación. Además del autor, editor de la editorial De los cuatro vientos, de Gárgola Ediciones y de la revista Oliverio, hablaron Federico Levín y Pablo Ramos. (Lo de este último fue simple, sentido y efectivo; lo del primero, aparentemente complejo, vanidoso y efectista; tal cual lo que podía esperarse de ambos de antemano.)

Además, estuvieron presentes Alberto Laiseca (tomando cerveza incansablemente en la misma mesa que yo, saludado incansablemente por sus alumnos admiradores, me saludó con la mano al llegar, quizás recordándome de modo vago...), Juan Sasturain, Oliverio Coelho, Ignacio Molina, Amalia Gieschen, Juan José Burzi, Selva Almada, Juan Terranova y un largo etcétera de escritores jóvenes y tan desconocidos como este que ahora escribe este articulito para su blog.

El libro de Romero está compuesto por siete cuentos, unidos por el hilo conductor de una noche (o varias) que no se termina(n) nunca. En la presentación costaba 15 pesos, y por 5 más uno se llevaba la remera de la colección "Laura Palmer no ha muerto" (la explicación del nombre merece un post aparte). Ya publicaré una foto de la remera. Primero voy a leer el libro, y después les cuento.


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7 comentarios:

Levín dijo...

Cristian:
Se ve que para vos es un acto de vanidad usar varias horas de varios días para escribir un texto inspirado en la obra de otro escritor. Intentar escribir un texto que diga algo, buscar eso que hay para decir escarbando en la mente, y presentarlo en público, es decir, hacerse cargo de lo que se pueda discutir, y hasta exponiéndose a que te digan 'es una boludez' o lo que sea. Me resulta triste que alguien que gusta de la literatura tome eso por vandidad. Puse el texto en mi blog, te invito a que lo leas y me comentes, sin cancherear desde tu kioskito, qué te gusta y qué no. A mi, al menos, las ideas que trato ahí me resultan importantes. Hasta si querés, lo podemos charlar ante unas cervecitas, cara a cara.
Ah. Y te digo por experiencia de paranoico: tal acumulación de adjetivos descalificativos puede estar anunciando un interés por lo que se escucha, se ve que algún efecto te causó. Cuidado.
Un abrazo.

Cristian Vázquez dijo...

Federico:
Es evidente que hay algunos malentendidos en la lectura que hiciste de mi post. Trataré, si puedo, de aclararlos. Si no, por supuesto que también podemos charlar ante unas cervecitas cara a cara.

Aclaración 1: Yo escribí: “hablaron Federico Levín y Pablo Ramos. (Lo de este último fue simple, sentido y efectivo; lo del primero, aparentemente complejo, vanidoso y efectista; tal cual lo que podía esperarse de ambos de antemano.)”. Es decir, cuando digo “lo del primero”, hago referencia a tu presentación del martes en Bartolomeo. Ni más ni menos que eso. Jamás pensaría que “usar varias horas de varios días para escribir un texto…” es vanidad, como vos interpretás; todo lo contrario, me parece que es lo mínimo que se puede hacer para una situación de este tipo: tener que hablar en la presentación de un libro.

Pero yo no hablaba de tu trabajo previo. Tampoco hablaba exclusivamente de tu texto, como vos interpretás y por eso me invitás a que lo comente en tu blog, cosa que no tengo interés en hacer. Hablo del hecho concreto del martes: la presentación. Me pareció vanidosa por el interés en llamar la atención con un texto que busca lucirse y no, como hubiera debido ser, hacer lucir al libro que va a presentar. Esto último fue lo que hizo Pablo Ramos, y hago esta comparación porque el contraste fue muy evidente: dijo con palabras simples lo necesario para definir Tantas noches…, supo llegar a la audiencia, supo crear en ella interés por el libro y también definir el vínculo de amistad que lo une con Ricardo. Nada más que eso, que es lo que corresponde a la presentación de un libro.

Si vos hubieras escrito lo que escribiste y eso hubiera sido un prólogo para el libro, si lo hubieras publicado en una revista sobre literatura, en tu blog o en cualquier otra parte, yo no habría dicho nada. Pero leerlo en la presentación del libro me recordó a esos periodistas que quieren ser la estrella de las entrevistas que hacen, buscando formular preguntas brillantes para demostrar lo inteligentes que son. En realidad, el trabajo del periodista es brillante cuando su presencia pasa más bien inadvertida y el que se luce es el entrevistado. Con la presentación de un libro pasa lo mismo: tiene que lucirse el libro y su autor. Ahora, cuando el orador quiere mostrar lo inteligente que es, leyendo un texto que no es sencillo y que exige una lectura profunda…

Aclaración 2: Me sorprende que la presencia de 2 (dos) adjetivos (“vanidoso” y “efectista”) te lleve a hablar de “tal acumulación de adjetivos descalificativos”. Rara idea de “tal acumulación”. Y me señalás que la “tal acumulación” “puede estar anunciando un interés por lo que se escucha”. Por supuesto que te escuché con interés; suelo interesarme por lo que se dice sobre el escenario en este tipo de encuentros (¿puede ser que te haya escuchado a vos más de una vez hablar con quien tenías al lado, sin importarte el respeto para el escritor que en ese momento, sobre el escenario, leía sus obras en algún encuentro de Alejandría?, ¿o sólo me pareció?). Si no me hubiera interesado y no te hubiera escuchado, no hubiera escrito lo que escribí en mi blog.

Pero la aclaración va por otro lado: por el significado de “efectista”, palabra que se usa para llamar a aquello “que busca ante todo producir fuerte efecto o impresión en el ánimo” (según la RAE). Eso: ante todo. Pero no quiere decir que no produzca un efecto. De hecho, nunca pensé que lo tuyo no produjera efectos, así que no hace falta que me lo hagas ver. Lo que sí me parece, y estoy seguro de que esto vos lo sabés, es que ese efecto puede ser positivo o negativo. Y es ahí donde, en una de ésas, el que tendría que tener cuidado sos vos.

Aclaración 3: Quizás a mí el texto me pareció poco sencillo porque no soy muy inteligente. Es probable. Y vos tenés todo el derecho de leer ante un público los textos que se te plazca, sin interesarte en la parte de la audiencia que se quedará afuera. Pero yo también tengo derecho de decir en “mi kiosquito” (tal como vos te referís a este blog donde, sin embargo, viniste a escribir) mi opinión sobre lo que presencio. Y eso no es cancherear, te lo aseguro.

A mí podría resultarme triste que haya que explicarle todas estas cuestiones a alguien que gusta de la literatura. Pero, la verdad, me tiene sin cuidado.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Cristian, antes que nada, gracias por poner lo de mi libro en tu blog. Más allá de eso, esto:
1- Creo que Levín habló de mi libro, y vio cosas que le agradezco que viera. Pero sobre todo habló de una posición frente a la literatura, que compartimos. Particularmente eso me hace muy bien, me hace feliz. El libro hablarám ucho más luego por sí sólo. Vos dirás.
2- Las palabras atravesadas siempre son palabras atravesadas. Es cierto que no hay que explicarlas. Porque al explicar, se atraviesan más. Personalmente creo que tus apreciaciones no fueron felices ("Complejo, vanidoso y efectista" sí es una acumulación. Las palabras se resignifican unas a otras, importan en un contexto. De hecho "complejo" es una palabra fea gracias a las otras en este caso. Y "efectista" al lado de "vanidoso", tiene una conotación bastante más fea todavía. Citar a la RAE me parece que está fuera de lugar, me parece hasta pueril).
3- Hay cosas que puedo entender. Al igual que vos, no soy "carismático", no atraigo la atención de la gente. Es un karma como tantos otros. Como ser justamente "carimástico". No es fácil tampoco, y Levín lo es. No puede evitar "llamar la atención" porque su inteligencia es de esas que brillan, muchas veces a pesar suyo. Ese es su karma. No es necesario recurrir a la RAE, ni ir o no ir al blog de alguien como si eso importara, o tirar más piedras por si se escucha o no se escucha (Vengámonos a ser sinceros. A veces se escucha y a veces no, por las razones que sea. A veces uno habla en voz alta y a veces no, todos estamos ahí. No vengamos a ser papistas con un Papa que no existe).
Eso, y que sólo espero que también nosotros podamos charlar cervezas de por medio.

Cristian Vázquez dijo...

Querido Ricardo:

Me alegra que te hagan feliz las cosas que se dicen de tu libro y de tu posición frente a la literatura. Es muy bueno eso, encontrar la felicidad y la satisfacción en el después y no sólo en el durante de la escritura. Y sé que te lo merecés. Por lo demás:

Entiendo que si me decís que mis apreciaciones "no fueron felices" es porque estoy equivocado. Es posible, por supuesto. Pero no creo que la explicación de mi equivocación radique en que haya usado palabras "feas". Si usé palabras "feas" es porque quise decir algo "feo" para hablar de algo "feo", si entendemos por "feo" algo que me dejó una impresión negativa.

La cita de la RAE es un detalle muy menor; se podría haber definido "efectista" sin apelar a la cita textual del diccionario y hubiera sido lo mismo. Tuve a mano usar el diccionario y lo hice. Era pertinente porque Federico Levín me chicaneó con un jueguito retórico. Respondió con una ironía a algo que dice que yo dije pero que yo no dije. Entonces, desarmar una chicana retórica es tan simple como buscar una palabra en el diccionario. Si eso es ser pueril, bueno, lo acepto. Seré pueril y a mucha honra, je je.

Con respecto a lo que decís de "ser carismático", lamento sinceramente que lo vivas como un karma. Yo no lo vivo así. No me interesa atraer la atención de la gente, al menos no en el sentido al que creo que vos te referís. Al contrario, suelo esforzarme por no llamar la atención. En fin, soy como soy, y soy muy feliz de ser como soy y no lo cambiaría por nada. Me dedico a cosas que no necesitan que mi persona llame la atención: escribo literatura y hago periodismo. Si fuera cantante me preocuparía, seguramente. Pero no tengo ningún disco en mis planes todavía.

No sería necesario recurrir a la RAE (repito que es un detalle menor, y creo que es un error quedarse con la mención que yo hago del diccionario y dejar a un lado mi argumento), si no hubiera ironías -como la comentada- cimentadas en una falacia.

Claro que no es importante ir o no ir al blog de alguien. Pero a Federico Levín sí le importó lo que yo escribí acá, y por eso dejó un comentario interpelándome. Por eso le respondí.

Y con respecto a si se escucha o no se escucha, simplemente esto: me parece que está mal hablar con el de al lado cuando hay otra persona hablando en público. Sólo eso. Quizás soy anticuado, tal vez eso sea un signo de mi carácter burgués o por ahí es simplemente de boludo que soy, no lo sé, pero así como no me gusta que si yo hablo en público otros hablen al mismo tiempo, yo también trato de no hacerlo. Me parece una falta de respeto, por las razones que sea. Y si se trata de una reunión que permite hablar durante el 90 por ciento del tiempo sin pisar el discurso de otro, y sin embargo igual se lo pisa, más.

Pues eso. Que no me gustan las palabras atravesadas, y siempre trato de ser claro. Cuando elogio o critico algo o a alguien. Pero si tengo que explicarlas, las explico las veces que haga falta, como decía mi maestra de sexto grado.

Anónimo dijo...

Ay, Chango. Karma es lo que es, no tiene ni sentido negativo ni positivo, son las cartas con las que uno vive. El sentido negativo, en todo caso, dáselo vos si querés (por mi parte, eso de rocker...: la ironía no es necesaria, al menos yo no le tengo paciencia). Siempre es difícil, y eso no lo hace ni malo ni bueno, y yo sólo quería destacarte que es difícil "para todos", incluyéndolo a Levín, y que tal vez que algo no te guste puede ser dicho de otra manera, porque a pesar de que no te gusten las palabras atravesadas, las volviste atravesadas. Son cosas que pasan. En fin, que una conversación en la que hay que estar explicando lo que uno dice, se torna aburrida. Nos vamos a aburrir los dos explicando y explicando. De hecho, me imagino que ya lo estamos.
Hasta luego.

Cristian Vázquez dijo...

Ricardo:

Te pido disculpas si te molestó eso de grabar un disco, no tenía la intención de sonar ofensivo. Con respecto a lo de karma, creo que se usa esa palabra en general con una connotación negativa, no es que yo le dé ese sentido, y por eso lo tomé como lo tomé.

Lo que lamento es que lo mío haya sido atravesar las palabras. Hoy lo escribiría de la misma forma, porque son las palabras que se emplean para llamar a lo que quise expresar. Pero en fin. Es verdad que aburre un poco todo esto.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Entonces, lo próximo, es una cerveza y hablar del milagro de Estudiantesde La Plata.
Un abrazo.