jueves, 16 de noviembre de 2006

La competición

Al señor Valéry no le gustaba competir.
Solía decir, al respecto de cualquier competición, que todas las clasificaciones eran malas del primer al último puesto.
Y se preguntaba:

—¿Ganar a los demás para qué? ¿Perder frente a los demás por qué?
—Prefiero ser viceúltimo o subúltimo —apostillaba con ironía.

Y explicaba:

—Sólo existe justicia en una competición si todos parten de condiciones iguales. Pero no existe, sabido es. Y si todos fuesen iguales, ¿cómo podría quedar uno por delante de otro? En una competición las personas siempre acaban como habían empezado —concluía el señor Valéry.

Y el señor Valéry añadía:

—A mí lo que me gustaría sería ver una carrera de cien metros en la que cada pista terminase en un punto distinto.
—Imaginad cuatro pistas de cien metros que fuesen así… (y dibujaba)



—De este modo —proseguía el señor Valéry—, al acabar la competición, cada atleta comprendería mejor qué le esperaba al día siguiente. Aunque ganara la competición, acabaría la carrera solo, lo que en sí es una pequeña lección de vida.

Y tras esta afirmación algo ambigua, el señor Valéry retomó su paseo diario, el cuerpo ligeramente encorvado, el sombrero calado hasta las orejas, y solo, completamente solo, como siempre.

(El señor Valéry, pp. 63-64.)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

el autor??

Cristian Vázquez dijo...

El autor es el angoleño radicado en Portugal Gonçalo M. Tavares. No lo nombro aquí porque lo presenté unos post más abajo, cuando anuncié que publicaría algunos capítulos suyos. Aunque tal vez debería hacerlo.

Anónimo dijo...

GRACIAS, CRISTIAN. ví debajo el post, y otro relato. me gusta. ¿no se consigue en argentina, decís?

Cristian Vázquez dijo...

No, no se consigue. A mí me lo prestó una compañera que lo trajo de España. Quizás algún día llegue... Pero espérese que hay dos relatos más que subiré al blog.