En la estación de Sèvres-Babylone vi una extraña pintada: "Dios quiso desigualdades, no injusticias", decía la inscripción. Me pregunté quién sería esa persona tan bien informada de los designios de Dios.
(Michell Houellebecq. Ampliación del campo de batalla. Anagrama, Barcelona, 2001, p. 35.)
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