martes, 18 de julio de 2006

Vuelve el fóbal, señores

Después de toda la parafernalia del mundial, hoy vuelve el fóbal. El nuestro, el de acá, el de entrecasa, el que sufrimos y gozamos y nos vuelve idiotas, idiotas a los que no les importa darse cuenta de su idiotez. Y nada de estadios artificiales con pasto para vender al día siguiente del torneo, ni mujeres viendo la tele y tratando de entender y opinando sobre la belleza de los jugadores, ni miles de cámaras para mostrar las caras de los técnicos o las minas que están buenas en las tribunas, ni pelotas con los nombres de los equipos. Nada de ser hincha del árbitro porque es argentino, nada de querer que Abbondanzieri ataje bien o que Tévez meta goles o que Riquelme haga algo, pero algo por poco que sea por el amor de Dios, no, basta de mentiras. Hoy vuelve el fóbal.

Hoy River no completa ni el banco de suplentes, los delanteros son unos pibitos, hasta última hora no se sabe si juega Cáceres... Yo tengo fe. Pero si pierde, lo peor no será quedar afuera. Parece que hoy en día el club es una bomba de tiempo: tiene deudas enormes, incluso con los jugadores. ¿Entonces cómo compraron a Ortega y Belluschi? ¿Pero por qué se fue Montenegro? ¿Por qué vendieron porcentajes de 16 juveniles, hipotecando el patrimonio de la institución, supuestamente por necesidad de dinero, si a la otra semana se lo vende a Santana y ya hay dinero? ¿Y por qué después se gasta tanto en otros jugadores?


Dicen que son los propios jugadores los que advierten a Cáceres: "Pensalo bien, mirá que acá nos deben guita..."


Tengo fe. Ojalá ganemos. Porque si no...

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