martes, 11 de julio de 2006

Enseñanzas

Muchas veces se lo dijo:

-Te adoro porque me volviste puta.

Dicho de otro modo, no le faltaba razón. Florentino Ariza la había despojado de la virginidad de un matrimonio convencional, que era más perniciosa que la virginidad congénita y la abstinencia de la viudez. Le había enseñado que nada de lo que se haga en la cama es inmoral si contribuye a perpetuar el amor. Y algo que había de ser desde entonces la razón de su vida: la convenció de que uno viene al mundo con sus polvos contados, y los que no se usan por cualquier causa, propia o ajena, voluntaria o forzosa, se pierden para siempre. El mérito de ella fue tomarlo al pie de la letra.

Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera

6 comentarios:

Santiago dijo...

De los mejores textos de Gabbo. Me gusta el blog, tiene cosas interesantes. Te invito a que veas el mío: www.persecuciones.blogspot.com
Entiendo que te gusta Groucho Marx... acabo de encontrar una entrevista que le hicieron que capaz te gusta.
Saludos

Sergio San Juan dijo...

quizás no sea su mejor novela, pero es junto a "crónica de una muerte anunciada" la que más me gusta.
y el pasaje elegido, cristian, hece que se le perdone al colombiano cualquier pedantería.

Unknown dijo...

Bellezzzzaaa, como diría el Bambino.

Cristian Vázquez dijo...

La primera vez que leí "El amor en los tiempos del cólera" era chico, tendría 16 años. En mi recuerdo, figuraba como un libro largo, un poco denso, que empezaba con casi el final y tardaba como 300 páginas en volver al mismo punto y ponerse interesante. Pero con el tiempo, el recuerdo se fue endulzando. Y desde hace rato que tenía ganas de releerla. Eso hice en los últimos días y hasta anoche, que terminé la página 441 al borde de las 3 de la madrugada.

Quizá sean los amores contrariados que viví entre mi primera lectura y esta última. Quizá todas las lecturas intermedias, quizá que vengo haciendo una lectura rabiosa de toda la obra de García Márquez y no deja de maravillarme. Quizá que ahora estoy un poco más cerca de morirme que a los 16. Lo cierto es que lo disfruté tanto y me emocioné tanto que, si esto no fuera un blog, contaría que la lectura de las últimas diez páginas fueron entorpecidas por las lágrimas que se me escapaban sin freno. Pero suena cursi y me da vergüenza, así que no contaré nada de eso.

Sergio San Juan dijo...

si vos te sentís más cerca de la parca imaginate el que escribe, que saca más de diez años de ventaja.
es casi y da un poco de vergüenza, así que yo tampoco voy a contar que me emocioné como vos al leer ese reencuentro.
estoy releyendo un libro de reportajes a bioy ("palabra de bioy" - sergio lópez - emecé) y el genial autor, ya viejo, ya sin mujer, ya cerca del fin, destila una sabiduría, una ternura y un compromiso que me hizo lagrimear tres o cuatro veces.
y si esto ocurre, ha triunfado el autor, de la manera más noble y bella, más allá de merecimientos o virtudes de su obra.
logran el milagro, además, de hacernos mejores. como el texto de garcía márquez que nos regalás.

Anónimo dijo...

::: Este comentario hace que a los que nos gustan las mujeres "ajenas" se nos haga mas fácil el camino... que grande que son los escritores no facilitan los días... que bueno que haya tanta gente que no los lea ... nos facilita los "chamuyos".-