Dietrick von Niekin, obispo de Verden, Alemania, 1411.
Explicar esa frase fue una de las tareas del Curso Interamericano de Guerra Contrarrevolucionaria, organizado por la Escuela Superior de Guerra de la Argentina en octubre de 1961. De la inauguración del curso participó el entonces presidente Arturo Frondizi.
La frase la cita Prudencia García en su libro El drama de la autonomía militar (Alianza, Madrid, 1995, p. 102), y la recoge Horacio Verbitsky en El Silencio (La Página/Sudamericana, Buenos Aires, 2006, p. 38).
8 comentarios:
No representa la doctrina de la Iglesia católica, que nunca admite medios ilícitos para alcanzar fines lícitos, contrariamente a lo que decía Maquiavelo.
No estoy tan seguro. Esa fue la doctrina de la Iglesia durante siglos. ¿Fue?
Tal vez es el problema es que doctrina y realidad son cosas distintas. Y licitud puede ser tanto legalidad como legitimidad. En definitiva, todo me parece discutible excepto que a nadie sorprende que un cura cometa actos ilícitos, salvo, quizás, a Tomás de Aquino.
No, no lo fue.
Hay que estudiar de verdad antes de hablar por cosas que se oyen.
Ya que usted estudió "de verdad", Sr. Anonimous, podría ilustrarnos un poco entonces.
Y ya que acusa a gente que no conoce de haber estudiado "de mentira", al menos podría evitar ocultarse detrás del anonimato.
Parece que no es tan bienvenido recibir opiniones que uno no comparte...
Anonymous: Lo suyo no fue una opinión sino una afirmación. Y además, cargada de soberbia y prejuicio. Usted estudió "de verdad", así que debería conocer la diferencia.
No tiene sentido, la verdad.
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