Hace tres días, mi amigo Octavio me escribió un mail para saludarme por mi cumpleaños. Puso: «Hoy escuché las palabras de Perón arengando al voto en el 46 y no pude menos que recordarte. Las efemérides tienen conexiones neuronales que la razón no entiende.»
Lo decía en relación con algo que yo mencioné muchas veces: que el 24 de febrero no tiene grandes efemérides. Apenas el aniversario -que recordamos juntos muchas veces- de la primera elección ganada por Perón, aquella en la que había que elegir entre él o Braden, cuatro meses y una semana después del mítico 17 de octubre.
Por lo demás, algún que otro cumpleaños (Mauro Rosales, Lleyton Hewitt, Steve Jobs, que la verdad no me motivan demasiado); el final "oficial" del gobierno de Fidel Castro en Cuba, el año pasado, ya que ese día fue nombrado su hermano Raúl, y muchas otras nimiedades...
Pero mi amigo Facundo me recuerda otra efeméride. Un hecho del cual se han cumplido ahora 20 años, con la importancia que en nuestra cultura les damos a los aniversarios redondos. Me escribió, en un mensaje de messenger desconectado que me encontré esta mañana:
«Me olvidé de contarte: el 24/2/1989, o sea, hace 20 años, mataron a Laura Palmer. Por más que tu remera diga lo contrario.»
Y ésta quizá sea una efeméride más valiosa que cualquier otra...
2 comentarios:
Me encanta esa remera , quiero una ya!
Hola, Nina: deberías pedírsela a alguno de los muchachos de la editorial Gárgola, responsables de la colección "Laura Palmer no ha muerto". Deciles que vas de parte mía, je.
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