lunes, 23 de febrero de 2009

Mis entrevistas a Rodrigo Fresán y Sergio Chejfec, en el Nº 20 de la Revista Teína

Finalmente, tras algunas demoras de último momento, está publicado el nuevo número de la Revista Teína, que incluye entrevistas a dos de los mejores escritores argentinos de la generación que comenzó a publicar en los 90: Rodrigo Fresán y Sergio Chejfec.

Ya había adelantado aquí en el blog algunas cosas acerca de estas entrevistas, y planeo publicar próximamente los textos completos de ambos diálogos. Por el momento, el enlace con la web de Teína y estos pequeños anticipos.

FRESÁN

—Al principio de tu carrera publicaste muchos libros en poco tiempo, y últimamente pocos. Cuando pasa eso con un escritor, la sensación que me da es que al principio quiere publicar mucho y después va tomando más recaudos y cuidando más lo que publica. ¿En tu caso es así?

—En un principio hay una necesidad de reafirmarse: publicar significa existir. Es decir, la publicación equivale a hacer lo que soñaste durante muchísimos años. Concretado ese sueño y esa fantasía, después lo que más disfruto es escribir. Publicar es una consecuencia de la escritura. También es cierto que en los últimos años tuve un hijo, que tiene dos años ahora, y eso también te genera una cantidad de cuestiones y te pone en la balanza una cantidad de otras… Jardines de Kensington se tradujo a quince idiomas, lo cual también me significó atender a quince traductores, incluso ir agregando, corrigiendo partes. Después uno también se cansa, y le gusta mucho leer, y se pone bastante más cuidadoso…

«Y también es cierto que, en un punto, todas mis fantasías infantiles y adolescentes se cumplieron. Con mi primer libro, supe lo que era que el libro saliera sin ser nadie y a los tres días estuviera número 1 en la lista de ventas, y subir a medios de transporte y ver a la gente leyéndolo, y que me invitaran a Mirtha Legrand y decir que no, y la tapa de la revista Gente… Toda la imaginería nacional la disfruté y la viví en su momento, y la internacional también: cuando salió Jardines de Kensington las críticas fueron muy buenas, y cuando salió en inglés tuvo una crítica elogiosísima de una página en el New York Times, y gente a la cual respeto muchísimo y adoro como Salman Rushdie, John Irving o John Banville me escribieron cartas diciéndome que les había encantado… —hace un silencio de varios segundos y luego estalla en una risa—: ¡Ya está!»

CHEJFEC

—Hay una especie de polémica que cíclicamente renace y que opone una literatura supuestamente «de acción» con otra supuestamente pasiva, «de pensamiento y reflexión». De ser así, tu obra entraría claramente en el segundo grupo. ¿Vos creés que existe esa dicotomía, ese enfrentamiento?

—Existe en la medida en que está planteado en esos términos, y en que algunos tienden a ese planteo y lo hacen suyo. Para mí no es una distinción relevante. Entiendo lo que se quiere decir: que se habla de una literatura más convencional como opuesta a otra menos convencional. Pero a veces la literatura de acción es mucho menos convencional que la de no acción. Es decir: muchas veces, en la literatura de acción pasan menos cosas que en la de no acción.

—¿Te parece una clasificación facilista?

—Me parece que en definitiva se trata de convenciones, y cuando se apela a esa distinción, se supone que uno toma partido por una de esas alternativas. Si se toma partido por la literatura de acción, yo creo que la postura que está detrás es cierta apelación por una literatura más legible, más llevadera, más convencional en términos de desarrollo dramático. Uno podría decir que las dos opciones o las dos miradas responden, simplificando mucho, a formas de ver el mundo.


La revista, además, incluye entrevistas a los editores Constantino Bértolo y Pote Huerta, un dosier dedicado a la solidaridad, y reseñas de cine, música y teatro. Ojalá se den una vuelta por allí y la disfruten.

Enlace | Revista Teína

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