miércoles, 18 de febrero de 2009

Zeitgeist

Mi amiga Natalia me recomendó ver la película Zeitgeist. No es alguien que habitualmente me recomiende pelis, pero esta vez lo hizo con especial énfasis. Así que decidí hacerle caso.

El filme se puede ver online en Google Video (que tiene sobre YouTube la ventaja de poder subir videos muy largos, y no de diez minutos como máximo; de hecho, Zeitgeist dura 2 horas y 2 minutos). El título es una palabra alemana que quiere decir algo así como "el espíritu de la época". Y la peli apunta a eso, al espíritu de nuestra época, pero desde un punto de vista desmitificador.

Lo que plantea es un escenario, en algún sentido, bastante aterrador. Está dividida en tres partes. La primera juega con el título de una de las películas más famosas de Hollywood: "La más grande historia jamás contada", y se refiere a la historia del cristianismo. Se basa en una serie de datos a partir de los cuales concluye que Jesús nunca existió y que toda su historia no es más que una reconstrucción de mitos previos, en particular los de adoración del sol y del zodíaco. No sé cuánto habrá de verdad en el relato, pero lo cierto es que suenan creíbles...

La segunda parte, titulada "Todo el mundo es un escenario", se refiere a una teoría conspirativa mucho más conversada últimamente: que los atentados del 11-S fueron en realidad orquestados por los propios Estados Unidos, no sólo para tener una excusa para invadir Irak y Afganistán, sino también para recortar cada vez más los derechos y las libertades civiles en el antiguo "mundo libre", es decir, en las sociedades más desarrolladas del mundo. No hay que ser muy fantasioso para advertir que algo suena muy mal en la historia oficial que los yanquis cuentan, y que, si no todo, mucho de lo que se dice es cierto.

La tercera parte se llama "No prestes atención a los hombres detrás de la cortina" y quizás es la más floja, en parte porque hablan de economía en términos un poco más difícil de entender para los legos, y también porque quizá sus afirmaciones suenan demasiado arriesgadas: que un grupo de banqueros planea establecer un gobierno mundial e introducir chips en las personas para controlarlas... Y también pierde credibilidad cuando habla del amero, sobre todo por cosas (como ésta) que se dijeron después de hecha la película. Aunque, claro, tampoco es cuestión de ser ingenuos. ¿Que eso puede ocurrir? Por supuesto. Si se cumplieron las fantasías de Julio Verne, ¿por qué no pensar que se pueden cumplir las de Orwell y Huxley...?

Uno de los momentos, para mí, más impactantes: la película habla de las motivaciones de EE.UU. para lanzar sus "guerras preventivas". Y muestra una cita:

Un mal existe que amenaza a cada hombre, cada mujer y cada niño de nuestra gran nación. Debemos tomar medidas para asegurar nuestra seguridad interna y proteger nuestra patria.

Firmado, George Bush. Pero luego se pregunta: ¿George Bush? Y la respuesta es que no, no fue Bush. Fue Adolf Hitler, al anunciarle al pueblo alemán la creación de la Gestapo.

De todos modos, la idea de la película es transmitir esperanza, que abras los ojos (insiste mucho en que dejes de mirar televisión, con varios fragmentos de esa película no vi pero que debe ser buenísima y que se llama Network, dirigida en 1976 por Sidney Lumet, el mismo de Tarde de perros y Antes que el diablo sepa que has muerto) y seas consciente de estas realidades.

En fin, que me parece que vale la pena verla, aunque no sea para creerle a pies juntillas, sí para andar más atento. Que todo lo que te dicen puede no ser cierto e incluso, muchas veces, es probable que no lo sea.

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