Volver a una cancha

El sábado fui a ver a Defensa y Justicia. Hacía 15 años que no iba, desde la campaña de 1993 cuando el equipo descendió del Nacional B a la Primera B Metropolitana. No había ningún motivo en especial, simplemente dejé de ir y nunca volví a tener demasiadas ganas.

15 años. En ese momento tenía 15 años. Así que ahora tengo el doble.

Durante todo este tiempo seguí siendo vecino del estadio: mi casa queda a cuatro cuadras.

Quien no dejó de ir en todo este tiempo fue mi amigo Marcos Sittner, con quien fui el sábado. “Partidazo”, me había anticipado él, “Defensa, penúltimo con 31 puntos, contra Ben Hur, último con 30”.

Él hace poco armó un blog sobre Defensa, el cual le ha dado hasta ahora muchas satisfacciones. Es que el blog está bien armado y, sobre todo, maneja buena información. Como comenté alguna vez acá, incluso el diario Olé le robó una foto una vez (para no hablar de los afanos de pasquines menores acostumbrados al latrocinio).

Como el sábado le di una manito con sus apuntes, aparezco mencionado en la crónica del partido.

Mi decisión de ir a la cancha después de tanto tiempo tenía su riesgo: Defensa nunca había perdido con Ben Hur en los cinco partidos del historial. Más aún: había ganado los dos juegos de local. De modo que existía el riesgo de ser tildado de mufa por algún difamador gratuito de esos que nunca faltan. Pero por suerte no pasó. Fue victoria de Defensa 1 a 0. Para mí, fue un rato feliz.