
Es simplísima: ese tipo de películas que yo digo que me gustaría hacer el día que me dedique a ser director de cine. Morgan Freeman interpreta a un actor que viene a ser él mismo pero que no es del todo él mismo. La trama es sencilla pero muy bien trabajada, las actuaciones son muy buenas, Paz Vega es hermosa, y algunas escenas (el viaje de ida de Freeman al supermercado, en el comienzo de la película, y cuando él y ella van cantando en el auto) son imperdibles.
Si pueden, véanla.
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