domingo, 20 de agosto de 2006

Quo vadis

Los maestros de Lenz, y de Zen, habitúan a sus jóvenes discípulos a expresarse. Dos templos Lenz tenían cada uno un pequeño protegido, y parece que todas las mañanas uno de los niños, que iba por verdura, solía encontrarse en el camino con el otro. "¿Adónde vas?", le preguntó una vez el segundo. "Adonde vayan mis pies", le respondió el primero. Parece que esta respuesta dejó perplejo al otro niño, que acudió a su maestro por ayuda. "Mañana a la mañana", le dijo el maestro, "hazle la misma pregunta. Te dará la misma respuesta, y tú le preguntas: 'Haz de cuenta que no tienes pies, ¿adónde vas?'. Eso lo dejará arreglado." Parece que a la mañana siguiente los niños volvieron a encontrarse. "¿Adónde vas?", preguntó uno. "Adonde sople el viento", respondió el otro. El jovencito quedó de nuevo desconcertado y acudió al maestro a dar cuenta de su derrota. "Pregúntale adónde va si no hay viento", le sugirió. Al otro día los niños volvieron a encontrarse. "¿Adónde vas?", preguntó uno. "Al mercado, a comprar verdura", respondió el otro.


En la novela Infierno Albino, de Sergio Bizzio (Sudamericana, Buenos Aires, 1991, p. 75).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un maestro zen le pregunta a su discípulo:
- ¿A dónde vas?
- Estoy peregrinando sin rumbo
- ¿Y cuál es el propósito de tu peregrinaje?
- No lo sé
- No saber es lo más íntimo.

Lo cuenta Osho en "El hombre que amaba las gaviotas"

RAEL (Mario De los Santos) dijo...

"no saber es lo más íntimo". si esto lo dice osho y si osho parece ser que tiene gran predicamento entre las modelos... ¿por qué estas beldades tienen su "no saber" tan público? bueno, según mi abuela esas descocadas hacen públicas muchas intimidades con sus nano-bikinis.