viernes, 4 de agosto de 2006

Cada tanto la TV regala algo bueno

Vi el último capítulo de Vientos de agua. Sólo puedo elogiarla. La historia estuvo muy bien narrada, a pesar de que a veces fueron un poco muchos los paralelismos entre las dos historias (la de Andrés en el pasado, la de Ernesto en el presente) y de ciertos toques sensibleros, típicos de las obras de Campanella. Pero como contrapartida, nos ha entregado -como en sus películas- una historia emotiva, dramática y divertida, con excelentes actuaciones y una producción de lujo.

No fue una historia de héroes ni de villanos, no hubo mensajes morales como "tenés que quedarte en el país" o "lo que importa es la familia" o "el amor es más fuerte". Es la vida. El exilio, la pena de no ver más a los tuyos, la búsqueda de una vida mejor, los amores que se van y los que vienen, las mentiras piadosas y las verdades atroces, las promesas que no se cumplen, la soledad que pesa demasiado cuando uno se pone viejo y siente que todas las personas de su vida se han muerto. Todo eso.

Bueno, que me gustó mucho. Ojalá hubiera más programas de este tipo en la tele.

1 comentario:

Sergio San Juan dijo...

detesto los golpes bajos de campanella y vientos de agua no fue la excepción, no resistió en muchos capítulos la idea de regalarnos algunos.
sin embargo la idea de contar en forma paralela las dos historias me pareció genial. y las actuaciones de alterio hijo y pablo rago fueron sobresalientes.
y esta vez, como dice cristian, campanella obvió, en buenahora, mensajes finales moralizadores.