viernes, 2 de junio de 2006

Ramonet: plagio no, pero trampa sí

El 8 de abril publiqué un post titulado "Ignacio Ramonet: otro que no pudo resistirse a la tentación del plagio". Del tema se habló muchísimo en Internet, sobre todo en España. En la Argentina, un fragmento breve de la entrevista (el libro tiene 650 páginas) fue publicado hace algunos domingos por Clarín.

Un lector, Guillermo Parodi, dejó un comentario ayer en ese post, en el que señala que mi uso de la palabra "plagio" es incorrecto "dado que las palabras las pronunció el mismo Castro y él mismo aceptó que así fuera". Agrega que "lo importante es la idea" y que "todo lo demás son anécdotas que carecen de importancia", porque "no hubo mala fe (sino) deseos de hacer las cosas bien".

Le agradezco el comentario. Acepto que plagio no es el término más adecuado, ya que en efecto Fidel aprobó la publicación. Y si bien puede ser que "lo importante" sea "la idea", no puedo coincidir en que no haya habido mala fe. Porque el libro de vende como "100 horas de diálogo" con Castro, no como "100 horas de charla luego corregidas y recorregidas y mechadas con fragmentos de discursos". Parodi precisamente dice que "un discurso se prepara, (en cambio) un diálogo es más espontáneo y a veces no permite tanta reflexión". Si un libro es vendido como "diálogo" se supone que lo que transmite es eso espontáneo y sin tanta reflexión, y no todo el trabajo posterior. Si además ese trabajo posterior es copiar y pegar discursos previos, escritos por Fidel o peor: por edecanes de Fidel, bueno, eso me parece mala fe, y no encuentro muchas vueltas que darle al asunto.

Y lo dice con pena este hincha de la Revolución Cubana.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En definitiva el único problema es la publicidad. jejeje!!!

Anónimo dijo...

Concuerdo contigo estimado Caballero.
Es cierto que 'plagio' no es el término más adecuado pero si acepto que hubo mala fe o, para no juzgar intenciones, que fue incorrecto haberlo utilizado sin haber aclarado que no se trataba de diálogo. Si queremos pensar en su favor, podríamos imaginar que Castro, en sus correcciones, decidió editar sus palabras y tomó para eso fragmentos de un discurso previo. Ramonet, quizás, creyó que eran correcciones.Mmmm.

Habría que ver cuánta es la extensión de lo 'cortado-pegado'. Lo cierto es que si fue una acción consciente no está bien. Nada bien. Una de las bellezas de las conversaciones directas, los reportajes, radica en esa espontaneidad, en donde se dejan ver muchas cosas que la premeditación no permite.

"Eh, Ramoné.. no me gustó lo que hishiste!"
RM.

Cristian Vázquez dijo...

¿La extensión de lo copiado pegado? Sólo con lo que encontraron los lectores en la web ya han completado 57 páginas. Ni más ni menos. Están acá:

http://www.arcadi.espasa.com/archivo/pregunta_y_discurso.pdf