domingo, 25 de junio de 2006

Aguante el inventamiento de palabras

Por estos días, en Avellaneda se pueden ver afiches con el anuncio de la creación, por parte de la Municipalidad, de un "registro de casas intrusadas". ¿Intrusadas? ¿Hace falta inventar una palabra tan fea?

La necesidad de crear una palabra nueva aparece cuando el idioma no nos provee de una adecuada para manifestar lo que deseamos. Eso se da al querer referirnos a algo recién inventado o descubierto, pero también cuando las palabras viejas varían su significación. Es decir, cambian sus connotaciones, se alteran sus campos semánticos. Las casas en Avellaneda, evidentemente, ya no son "tomadas" ni "ocupadas": ahora son "intrusadas".

Por eso hubo que inventar "vigilador", cuando el término vigilante fue convertido -además de en una factura de panadería- en un adjetivo peyorativo.

Y después estamos los periodistas. Dolina escribió:

Los periodistas -y la gente en general- creen que todo texto destinado a la publicación debe presentar un aspecto distinguido. Y para lograrlo apelan a toda clase de complicaciones y adornos de mal gusto.

Así, para decir que llueve se habla de "precipitaciones pluviales"; para mentar a un muerto se acude a la horripilante palabra "occiso"; los caballos son "equinos" y los cantantes negros son "intérpretes de color".


Basta prestar un poco de atención a estos días saturados de periodistas deportivos para comprobar los ultrajes que se cometen contra el idioma. Jugadores que "recepcionan" un pase, que practican un "cruzamiento" de la pelota...

Sé gual, con que se entienda... ¿O no?

1 comentario:

Gaby dijo...

Me parece que Dolina, que me gusta bastante, en este punto parafraseó al gran Arlt en sus Aguafuertes porteñas, "El idioma de los argentinos". Y no están del todo equivocados los tipos.A decir verdad, el estilo "complicadito-soberbio" no me gusta.
Besos!