martes, 22 de enero de 2008

Una de esas coincidencias

Leo en estos días muchas cosas de y sobre Rodolfo Walsh. Algunas son relecturas, otros son textos a los que accedo por primera vez. Entre las primeras están los relatos del último día de Walsh, su asesinato en plena calle, los disparon ensañados que destrozaron su cuerpo hasta casi separarlo en dos partes. Y también están los del día siguiente, cuando su familia llegó a la casa de San Vicente donde supuestamente él estaría. Ayer leí este relato de ese día. El que habla es Jorge Pinedo, yerno de Walsh:

Con la incorporación de Lilia Ferreira íbamos a bordo del destartalado Ami 8 verde Patricia y yo, junto a nuestros hijos, María, de cuatro años, y Mariano, de apenas quince días de vida. Rodolfo nos esperaría con un asado para conocer a su primer nieto varón... En los asientos traseros viajaban María y Lilia, Patricia estaba adelante con Mariano en brazos y yo manejaba...

Esa María, que en ese momento tenía cuatro años, murió precisamente ayer. Tenía 34 años y los artículos periodísticos la destacan como una "incansable luchadora por los derechos humanos". Trabajaba en el área comercial de Página/12: se encargaba de atender a los familiares de desaparecidos y asesinados durante la dictadura militar que querían publicar sus recordatorios en ese diario.

2 comentarios:

Lucía Girón dijo...

Qué injusto es todo a veces, cuántos tropiezos tenemos que dar? Cuántas veces vamos a poder levantarnos?
Pobre flia, no sabía nada.
Saludos!

Juan Pablo dijo...

¡Qué bueno esto! ¡Qué bueno que volviste a postear, Cristian! Qué sorpresa...

Saludos