domingo, 21 de febrero de 2010

El Caballero sigue andando

A Cervantes no debió hacerle mucha gracia tener que matar a Don Quijote en el final del libro. Lo hizo -dicen- previendo que a quien no le quedaba mucho de vida era a él mismo (se murió al año siguiente de publicar la segunda parte), para evitar que a algún otro Avellaneda se le diera por continuar sus andanzas.

Yo, a diferencia del genial manco, no tengo ninguna necesidad de matar a mi Caballero. Es verdad que lo tengo un poco abandonado, poco actualizado, como si le prestara poca atención. El nacimiento de unabirome, mi nuevo blog, parece relegarlo aún más. Pero no es la idea. Más de uno de mis escasos lectores me dijo: "Espero que no dejes el otro"; tranquilos, no lo dejo. Este Caballero está tan vivo como siempre.

Es cierto, como decía, que lo tengo un poquito abandonado. Pero a peores ha sobrevivido este espacio, y no es momento de aflojar. Me viene acompañando desde hace casi cinco años, a mi lado mientras cursaba la maestría de Clarín, cuando trabajé en la redacción .com del "gran diario", cuando decidí hacer las valijas y cruzar el charco y en todas mis desventuras en este lado del mundo. Mucha agua bajo el puente, e inundando el puente, y hasta el cuello. Pero apretó y no ahorcó. Y lo que no mata, engorda.

Así que aquí vamos. La idea de unabirome es ser un sitio más "profesional", por llamarlo de algún modo, con artículos a los que les dedico un tiempo y un cuidado especiales, publicados con una frecuencia determinada, y aspira a convertirse en un espacio al que, cada tanto, a la gente que gusta de la literatura, los libros y de cada tanto reflexionar un poco, se le dé por entrar, picada por la curiosidad y el interrogante: ¿qué habrá puesto este flaco hoy...?

Este Caballero, en tanto, que tantas veces se preguntó qué era, qué quería ser, seguirá siendo lo que viene siendo: una página en la que narro algunas vivencias y difundo curiosidades que veo por ahí, de modo personal, informal, seguro que sólo interesante para mis amigos y las personas que me quieren, y en el que cada tanto se me escapa -casi siempre por error- alguna perlita a la que vale la pena (para mí, al menos) volver.

Encantado de seguir con ustedes, hasta cualquier momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de que siga el Caballero. No se concibe a Cristian sn este blog.
Un beso