jueves, 28 de enero de 2010

Adiós, maestro

Ensañada con tantas personas relevantes, la muerte les llega hasta a quienes creíamos que nunca alcanzaría. Jerome David Salinger dejó de existir ayer en su casa de Cornish, New Hampshire.

Autor de cuatro libros publicados y quién sabe cuántas páginas inéditas, es uno de mis escritores fetiche. Sus Nueve cuentos es uno de los pocos libros que, sin duda, y perdonen por la falta de originalidad, me llevaría a una isla desierta.

Hace poco más de un año escribí un artículo acerca del 90º cumpleaños del escritor. Me autocito:

No cuesta nada imaginar un escenario: el día siguiente a aquel en que los medios anuncien la muerte de J. D. Salinger, sus hijos y demás herederos salen a decirle al mundo que hay cientos, miles de páginas inéditas para publicar, para beneplácito de lectores, editores y sus propias cuentas bancarias. Aunque tampoco es difícil imaginar que Salinger queme o haya quemado todos sus papeles (y a él sí que no lo vemos dejándole el encargo a un Max Brod complaciente). Y tampoco se puede descartar que en realidad no haya escrito nada más. Porque no le diera la gana, a lo Juan Rulfo.

Adiós, maestro.

No hay comentarios.: