jueves, 29 de enero de 2009

Homero le habla a Bart de la Copa del Rey

-Vos por lo menos estás en Madrid y tenés cines en versión original -me dijo hace poco, por chat, una chica argentina que vive en Pamplona. Me lo dijo con una suerte de indignada resignación (o resignada indignación).

Y razón no le falta. Una de las cosas que más sufrimos los argentinos que estamos aquí son los doblajes de las películas. Primero, porque no estamos acostumbrados a ver películas dobladas. En Argentina, si vamos al cine, alquilamos en el videoclub o miramos algo en el cable, accedemos a las voces reales de los actores. Aquí, en general, no. Pero además, los doblajes que llegan a la Argentina son a un español bastante neutro, digamos, que no tiene el acento de ningún país, sino que constituye casi un acento especial, distinto a cualquier otro: el "acento de doblaje".

Incluso cuando el doblaje tiene influencias más o menos marcadas de un país o una región, como suele ocurrir con los dibujos y las animaciones, nos resulta simpático y lo aceptamos. Los mexicanismos de Shrek o frases de Los Simpson como "¡matanga!", "anda la osa", "me quiero volver chango" o "cómete mis calzones", por ejemplo.

Pero que Homero le hable a Bart de la Copa del Rey, les juro, es demasiado...

En general, cuando uno explica que no le gusta ver las películas dobladas, lo primero que argumentan los españoles es que "los doblajes en España son muy buenos". Deben serlo. Pero la cuestión va más allá. Entonces uno explica que no tiene que ver la calidad del doblaje, que sea bueno o malo, sino la existencia misma del doblaje, que uno quiere ver la versión original, no a Jim Carrey haciendo muecas con una voz bien castiza superpuesta...

Y uno cuenta en ese momento que en Argentina vemos todas las películas así. Y es cuando el interlocutor español abre los ojos como platos y dice "joder, entonces debéis tener un nivel altísimo de inglés". Bueno, no, no lo hacemos para aprender inglés...

Las conversaciones llegan en general hasta por ahí. Ellos no están interesados en hacer el esfuerzo que les representa leer los subtítulos, y prefieren escuchar a Al Pacino hablar con acento de Castilla y León. Cada loco con su tema, diría, pero claro, si sos argentino y vivís en algún lugar de España que no sea Madrid y quizá Barcelona, te jodés.

1 comentario:

:: Marcos A. Sittner dijo...

:: Una vez fui a una charla al ENERC (que es una de las mejores escuelas de cine de Argentina)y gente vinculada al cine que vino de EE UU, se sorprendía de como podíamos los Argentinos ver cine subtitulado... como ver los gestos, las imágenes, escuchar una palabra en un idoma diferente .. bueno y todos los elementos que juegan en cada cuadro de una peli... a todo le agregamos prestar atención a los subtítulos.... no lo podían creer, que además no nos perdiamos nada.